Joanes Eizmendi es, sin duda, un ejemplo de sentimiento realista. Un nombre que quizás había pasado desapercibido hasta ahora pero que ha retumbado por toda Donostia después de que unos amigos decidieran contar su historia en un blog.
El aficionado de la Real Sociedad eran de esos que cada día, llueva o nieve, se sentaba en su localidad de Anoeta para dejarse el alma por el equipo que tantas alegrías le daba. El pasado martes falleció tras una larga lucha contra su enfermedad, y fue incinerado con una de sus posesiones más preciadas, la camiseta de Champions League de la Real Sociedad.
En el encuentro ante el Villarreal su bicicleta y su bandera de la Real Sociedad han permanecido en la puerta 17 para que la afición de la Real rindiese homenaje a este aficionado txuri urdin.