La gestión de un director hace pensar a la opinión pública que se trata de un infiltrado a conveniencia de un rival del actual presidente
Ha pasado tanto en el interior del FC Barcelona que los movimientos son tan catastróficos como surrealistas. Josep María Bartomeu es el principal señalado, pero así como él, existen otras vertientes implicadas que de momento se hacen de la vista gorda. Eric Abidal es el que ha gestado los movimientos, y de todo lo que ha hecho se le tilda de emprender un proyecto muerto y sin respaldos de fundamento.
Lo que más preocupa en este instante tiene que ver directamente con el plan de armado de la temporada en curso. A la falta de contratar un delantero centro que supla a Suárez, se le suman salidas innecesarias y sumatoria de activos nulas que le dejan un enorme manto de duda a la plantilla con todo y las competencias que se vienen encima.
Sus planificaciones han sido en gran parte las culpables de la fuga de Valverde, y tal como van las cosas, podría ser el arma que impulse a dar un paso al costado a Quique Setién. Como si se tratase de un infiltrado de Laporta, todo va de mal en peor, pues se ve justamente como una estrategia de mando, eso es lo que ahora mismo se implanta. Recordar que fue el hombre expuesto por el mismo en las elecciones pasadas, y se ha quedado para emprender un legado oscuro.
Todos los dedos apuntan al secretario técnico
Abidal ventiló todo el tiempo las gestiones con Rodrigo Moreno, dejando de lado acciones mucho más convenientes y aceptadas como las de Lautaro Martínez. La gente no olvida, y más allá que en el pasado acarree un trasegar importante, lo de ahora lo ven bastante endeble. Los canteranos que podrían dar una mano en esa posición han sido sacados de contexto, y con menos argumentos las cosas se ven bien complejas de superar.
De todo lo que más llama la atención es que se ha dictaminado como un hecho bastante errado delegarle a Griezmann toda la responsabilidad. Si bien se fichó en parte para eso, está muy claro que el centro del ataque no es su sitio de confort y eso lo podría pagar muy caro en la medida que entre más fuerte la temporada.
Hacer caja con el futuro del club cuando éste no ha terminado de explotar no cabe en la mente de nadie, y menos diezmar a una plantilla armada para cosechar títulos. De los 5 delanteros que había en un comienzo quedan 3.5, con la pérdida de Suárez y las lesiones constantes de Dembélé. Misma situación para la zona central de la defensa, pues han salido de Todibo y lo de Umtiti deja serias dudas. ¿Una jugada redonda para Laporta?, habrá que juzgar al final del curso.