El juego por Champions ha dejado de todo, incluso algunos indicios sobre el futuro del alemán
Del mar de especulaciones que ha rodeado al Real Madrid, especialmente después del descalabro en Europa ha salido de todo. Lo último, la molestia de Toni Kroos por no haber sido ni de la partida, ni del trancurso del juego. Zidane decidió apostar por el tridente Casemiro, Modric y Valverde, por sobre el manejo, la tranquilidad y la experiencia del ex del Bayern Múnich.
Y es que al final del juego, en los camerines y con el personaje adversario se ha visto involucrado. Kroos fue pillado hablando con Guardiola, con un aspecto serio y sin mucho espíritu agradable. Esperaba al menos tener minutos que le permitieran dar muestras de su juego, e imprimir su experiencia en un compromiso de alta tensión que ha terminado de la peor forma.
Las cosas han pasado porque la relación entre partes es excelente. Guardiola fue el entrenador que le dio la oportunidad de salir del anonimato a Toni cuando fuera entrenador en Bavária. Le puso a jugar regularmente y de hecho eso ha servido para que el Real Madrid le fichara. Tras el mundial de Brasil logró dar su mayor potencial y ese fue su pasaporte.
El detalle de agradecimiento es notorio, y en parte las cosas están planteadas es un marco de cordialidad. El caso es que cada día más se siente inconforme en la capital, y se sabe que en Manchester han propuesto su nombre como argumento estable del proyecto inmediato. Guardiola estaría feliz de contar con sus servicios y ya han habido acercamientos.
Caer derrotados ha sido un fuerte golpe, y el contexto mismo del ambiente madrileño le cae pesado a quien ha dado mucho. El problema es que de confirmarse la sanción a Kroos le tocaría pasarse dos temporadas sin jugar la Champions, un torneo al que se ha acostumbrado jugar y ganar por supuesto de la mano de Zidane.