La serie de Netflix se posicionaría como una de las que más contaminan si fueran kilómetros de distancia recorridos por la energía que genera
La casa de papel sigue siendo una de las producciones más vistas de los últimos tiempos en la plataforma digital. Y es que Netflix supo muy bien revivir una serie que en sus primeras emisiones en abierto no cosechó el éxito esperado. Para todos es sabido la gran repercusión social que tiene cada capítulo en la sociedad, y no es para menos, ya que consiguen tocar muchísimos temas de interés general que impactan a su público.
En la primera temporada pudimos ver cómo el tema base era el robo de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Esto fue toda una sorpresa para los miles de seguidores de la serie, que veían cada capítulo incentivados por la angustia de que dieran con que ellos eran los responsables de semejante hazaña. Pero claro, uno vez que todo eso se resolvió, la incógnita principal era cuál sería el nuevo eje central de la trama de La casa de papel.
Pasado el tiempo, pudimos observar cómo sus guionistas decidieron darle un toque mucho más sentimental y personal a la serie. Los temas se centraban más en las relaciones entre ellos, y cómo intentaban salvarse unos a otros de los problemas en los que se veían envueltos. Esto fue algo que no gustó mucho a sus fans, que la acusaron de haber perdido su esencia.
Paralelamente a esto, siguen sucediendo noticias que salpican el transcurso de la serie, y que hacen más amena la espera al estreno de su cuarta temporada. Y es que Netflix es una plataforma que está continuamente sometida a estudios para conocer cómo es su influencia en la sociedad.
El último de ellos se ha basado en estudiar cuánto contaminarían las series si fueran kilómetros recorridos por las personas que las ven. La casa de papel ha terminado algo mal parada, y es que se ha publicado que contaminaría tanto como conducir un coche durante 394 millones de kilómetros y 110 millones de kg de CO2.