La serie vive un momento de tensión que bien podría pasar factura a la nueva serie de la aventura
La serie de The Walking Dead se ha convertido en una de las más vistas de la actualidad. Son muchos años los que lleva la serie convirtiéndose en un referente de la temática zombie, pero la realidad es que el anuncio del final de la serie ha propiciado una mayor atención a la última temporada, en la que los guionistas nos han preparado grandes sorpresas.
Sin embargo, no es todo oro lo que reluce en The Walking Dead. Su creador, Frank Darabont decidió apostar en 2009 por una serie como es The Walking Dead, la cual había sido rechazada por todas las cadenas. Ninguna estaba dispuesta a apostar por una temática que no había atraído a tantas personas, y que generaba dudas.
Finalmente fue la cadena AMC la que decidió invertir en la serie, y tras una temporada de grandes resultados, el director Frank Darabont solicitó un presupuesto algo superior para afrontar la segunda temporada. Como respuesta encontró una disminución del 25% del presupuesto, y una desconfianza inaudita en la productora, que reclamó los guiones por adelantado.
Esto hizo enfurecer a Frank Darabont quien comenzó a enviar unos correos a los productores con palabras malsonantes y alguna que otra palabra de más. Un hecho que terminó con el despido del director, guionista y productor de la serie, que en ese momento se vio inmerso en una guerra por recuperar su sitio en la aclamada serie.
Así, el próximo 2 de noviembre será un momento clave, ya que Frank Darabont reclama una importante cantidad a la cadena que podría afectar al presupuesto del spin-off de la serie, que ya habría sido anunciado para comenzar a emitir entre 2021 y 2022. No hay que olvidar que ya anunciaron que varios de los actores principales no seguirían.