El programa únicamente mostraría las escenas que engrandecen la figura del chef
El programa de Pesadilla en la cocina se ha convertido en uno de los más vistos de España en los últimos años. Las batallas que sufre el chef Alberto Chicote en cada restaurante han colocado en un pedestal al cocinero, aunque la realidad es que el programa cuida mucho sus emisiones, incluso tirando de tijeras.
En cada programa, se observan condiciones inhumanas en algunas cocinas. No tener ventilación, cocinar a más de 50 grados, o directamente un género en mal estado han sido algunas de las pruebas más duras que ha pasado Chicote. Sin embargo, todo va un paso más allá, y es que en una semana Chicote tiene que ponerse en su sitio para que pueda funcionar todo.
Son varios los propietarios de los restaurantes que han confirmado que Chicote es uno delante de las cámaras y otro detrás de ellas, y que en las cámaras premia el show más que la labor de ayudar al restaurante. Es más, son varios los que confirman que el propio cocinero les ha llegado a decir que no se tomen a mal lo que dice, ya que es necesario para el programa.
Sin embargo, también hay varios gerentes de restaurante que han criticado que Pesadilla en la cocina elimine escenas que podrían comprometer un poco más al chef durante la gestión, ya que como todas las personas se equivoca algunas veces.
Muchos afirmaron que Pesadilla en la cocina solo muestra lo malo del restaurante, y no lo bueno, todo para dar un protagonismo mayor al chef, y permitir así que muchos más restaurantes se sumen al reto de Pesadilla en la cocina. Aunque no todas las críticas sean especialmente buenas.