Todo pasa por unos estudios consensuados al nivel de la cúpula directiva que basa sus criterios en los números
Ousmane Dembélé se convirtió en su momento y antes de la llegada de Philippe Coutinho como el jugador más costoso en la historia del FC Barcelona. Pagando 120 kilos al Borussia Dortmund rompieron el mercado por alguien que hasta acá, no ha parado de dar muestras de ineficiencia e inconsistencia producto de sus lesiones.
Un año después de la estrepitosa caída en Anfield, y de solo haber jugado 9 partidos oficiales desde entonces, salta a la palestra la duda en si seguirá siendo parte del club o no. El mercado de verano está al caer, y con eso las especulaciones vuelven a escena. El tema es determinar en qué medida la directiva considera pertinente hallarle espacio, pues existen razones mucho más poderosas que las deportivas en su caso.
Con Dembélé no quieren perder dinero, saben que aún es demasiado joven y que su margen de mejora está al caer. Sus condiciones técnicas están lejos de cualquier discusión y no van a salir de él solo porque el presente lo induce. Esa es la verdadera objeción que nace desde la parte alta, muy a pesar de la generalizada percepción de la afición, que en su lugar reclaman a Neymar de regreso.
Críticas a la presidencia por ocultar ciertos temas en el caso del francés
Y si esto de por sí es un tema delicado, habrá que sumarle al hecho lo último que ha surgido en su lugar. De todos los jugadores de la plantilla el único que ha faltado a las pruebas oficiales de este comienzo de semana ha sido justamente él, así que las especulación han caído, y lo han hecho sin piedad.
Algunos frentes del club dicen que lo harán al regreso, este día lunes, pero las consideraciones con este irregular futbolista ya molestan a gran parte de sus detractores. Incluso se dice que ha salido del país, y que ha irrumpido de manera irresponsable las órdenes del club cuando se han tenido que comunicar vía conexión a Internet.
La Premier League no piensa en eso y sigue al tanto. Arsenal es el mayor candidato a hacerse de sus servicios y por ello siguen presionando. Bartomeu no quiere ceder, aunque consciente de que su valor se ha bajado y lo seguirá haciendo no se descarta tome medidas. Unas de cal y otras de arena, el club sigue esperanzado en reencontrar su mejor versión, así el mismo se encargue de sepultarlo día a día.