Las necesidades de dinero extra en un momento dado pueden llevarte a necesitar la contratación de créditos rápidos
Los créditos o préstamos rápidos son, básicamente, un tipo de crédito al consumo que se ofrece por entidades bancarias o por empresas privadas no relacionadas con el ámbito financiero. Por lo general, este tipo de préstamos tienen un plazo muy limitado para su devolución por parte del tomador del préstamo, y cuentan con intereses muy elevados. Con esta idea te traemos este artículo en el que te explicaremos al detalle en qué consisten los préstamos rápidos y cuáles son sus principales ventajas e inconvenientes.
¿ Qué es un préstamo rápido ?
Como hemos adelantado en la introducción, los préstamos rápidos son créditos de carácter personal ofrecidos por entidades bancarias o por empresas privadas totalmente ajenas al sector financiero y, por lo general, se conceden de manera muy veloz (como su propio nombre indica) y todo el proceso de concesión del préstamo se lleva a cabo mediante Internet (aunque también puede hacerse de manera física). Por otro lado, hay que decir que este tipo de préstamos suelen llevar añadidos unos intereses muy altos, y es posible solicitar hasta 10.000 euros a devolver en un plazo máximo de cinco años.
Por último, cabe destacar que aquellas personas (jurídicas o físicas) que exceden el plazo máximo para devolver un préstamo rápido, son denunciadas por la entidad prestamista ante diferentes órganos como el RAI (Registro de Aceptaciones Impagadas) o la ASNEF (Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito), que son, básicamente, ficheros de morosos.
Los préstamos rápidos tienen pros y contras
Definido ya el concepto de préstamo rápido, pasamos a enumerar cinco ventajas y cinco inconvenientes de este tipo de créditos. Para empezar con las ventajas, podemos decir que los préstamos rápidos permiten a sus solicitantes obtener la cantidad de dinero solicitada en un plazo muy corto de tiempo; entre 1 y 2 días como máximo, que para eso son ‘rápidos’. Y, por otro lado, los créditos rápidos son fáciles de solicitar y el proceso de solicitud puede llevarse a cabo tanto vía online como de manera física.
Además de eso, cabe destacar que los préstamos rápidos están especialmente dirigidos a aquellas situaciones de urgencia en las que tenemos que hacer frente a un pago no muy grande en corto plazo de tiempo; pagos de urgencia, imprevistos, etc. Este tipo de créditos son ideales para este tipo de supuestos, pues es posible obtener liquidez en tan solo uno o dos días.
Y, aún encima, para solicitar un préstamo rápido no es necesario especificar el motivo por el que se solicita el dinero ni tampoco a qué va a ir destinado, simplemente se requerirá presentar la documentación pertinente junto con los datos personales básicos del solicitante (nombre y apellidos, lugar de residencia, Documento Nacional de Identidad, etc.).
Otra gran ventaja de este tipo de préstamos es que ciertas entidades (bancos o empresas privadas) proporcionan crédito a personas que están incluidas en ficheros de morosos como el RAI o la ASNEF, de manera que tengan la posibilidad de quitar su nombre de estas listas.
Y, entrando ya en el apartado de los inconvenientes de los préstamos rápidos, hay que decir que este tipo de créditos no son tan ventajosos para los trabajadores autónomos, pues a este sector de la sociedad le resulta bastante más complicado solicitarlos y aún más obtenerlos.
Por otro lado, los tipos de interés aplicados a estos préstamos suelen ser bastante más elevados que los de otros tipos de créditos; por lo general, en torno al 25% y 30% TAE (Tasa Anual Equivalente).Además, como hemos detallado en el primer apartado de este artículo, los préstamos rápidos tienen un límite relativamente bajo para solicitar efectivo: 10.000€ en la mayoría de los casos.
Y, por último, hay que decir que muchas entidades prestamistas no realizan un análisis de solvencia de garantías a la hora de conceder un préstamo rápido; es decir, no se aseguran de que el tomador del préstamos cuente con garantías de que podrá devolver el dinero en el plazo establecido.