No dejan de mirar a los creadores de uno de los estilos de juego más emblemáticos en la historia del fútbol
La directiva merengue está por el corte de seguir blindando de talento a su equipo de acá a que se de comienzo a la siguiente temporada. El centro de la cancha es una de sus preocupaciones, y en esa misma línea han pensado a cada instante en Donny Van de Beek. Para Real Madrid, y sobre todo para Florentino Pérez es crucial cerrar los tratos antes de que el mercado de un giro y permita la avanzada de los grandes poseedores de la pasta en el ambiente.
En esa misma dirección han querido formar una estrategia de posibilidades, en donde claro está, también existen otras referencias del club holandés. André Onana, que de hecho suena fuerte para el FC Barcelona es uno de los señalados, pero es en la cantera donde saben que hay material de sobra para enfrentar los retos.
Lo último que han visto ha sido a Kenneth Taylor, un mediocampista de solo 18 años recién cumplidos que reúne todas las características de un prospecto. Rápido, inteligente, polifuncional, decidido, con fuerza y despliegue, qué más se le puede pedir a alguien que recién hace sus primeras apariciones en el profesionalismo.
Kenneth Taylor sabe que van por él
No ha debutado oficialmente en el cuadro principal, aunque eso no ha sido una excusa para dejarse ver con talento y goles. Lo puede hacer tanto en el eje de la contención, como en uno de los costados y pasos más al frente. Su personalidad le llevan a destacar sobre el resto y sabe que eso le traerá buenas noticias.
Incluso ya se ha enterado del interés del Real Madrid y está muy contento por ello. Hace poco había sido presa de las directivas del Ajax que buscaban extender su contrato y blindar su posición con una cláusula poderosa. Pero ahora con este monstruo encima suyo, las cosas se tornan más difíciles, y el presidente ya se ha animado a soltar cifras.
Cree que con 15 millones de euros podrá tentarlo, teniendo en cuenta que no tiene el re nombre y tampoco se ha ganado el derecho a jugar entre los más grandes. Habrá que esperar qué sale de las charlas entre partes, que nunca han sido las mejores, pero tampoco las peores. Un zarpazo del presidente, cosas a las que tiene acostumbradas a su gente.