Ana, Andy e Iván fueron los clasificados para el duelo final, pero solo uno de ellos consiguió alzarse con la victoria y con los 100.000 euros de premio
La octava edición de Masterchef ya ha terminado. La edición más polémica que se recuerda en los últimos años ya tiene a su vencedor, el cual ha sido muy poco esperado, ya que, desde el primer momento, el protagonismo ha sido copado por otros aspirantes. Sin embargo, el resultado final ha sido muy del agrado de Jordi Cruz.
La semana pasada era Ana quien consiguió la chaquetilla y se convirtió en la primera duelista de la edición. Para el último programa, Martín Berasategui y Pepe Rodríguez eran los encargados de elegir al segundo y al tercer finalista. Pero no solo eso ocurrió en las cocinas de Masterchef, sino que Luna y Alberto confirmaron su relación con un beso.
Martín Berasategui y Pepe Rodríguez, determinantes en la final
La primera prueba de la noche tuvo como protagonista a Martín Berasategui, quien realizó una elaboración que los aspirantes debían seguir paso a paso sin perderse, algo habitual en Masterchef. Finalmente, Andy se convirtió en el segundo clasificado después de realizar una gran replica, fallando solo en el emplatado.
Para elegir al tercero y último finalista, Masterchef se desplazó hasta El Bohío, el restaurante de Pepe Rodríguez. Allí, el que mejor realizó las dos elaboraciones que degustaron los ganadores de Masterchef Junior fue Iván. De esta forma, los espectadores tenían el duelo final esperado, puesto que Andy e Iván acabarían la edición enfrentándose.
Jordi Cruz decanta la balanza
Al igual que en las anteriores ediciones, el duelo final consistía en preparar presentar un menú con primer plato, principal y postre. A pesar de que todo apuntaba a que Iván y Andy se alzarían con la victoria, finalmente ha sido Ana quien ha logrado el trofeo de Masterchef 8, su propio libro de recetas, un Máster en el Basque Culinary Centery y los 100.000 euros.
Iván quedó en tercera posición y Andy en segunda. Joan Roca, amigo del concurso e invitado a la gran final, catalogó la elaboración de Ana como de tres estrellas Michelín, algo que decantaba la balanza claramente a su favor. Sin embargo, la elaboración de Andy tampoco se quedaba atrás, pero Jordi Cruz catalogó su discurso de prepotente.