Aprovechando su alto nivel de influencia se busca reducir el impacto que deje el retiro del veterano defensor catalán
Nadie puede negar que Gerard Piqué es el eje único por sobre el cual se sostiene la permeable defensa culé a día de hoy. Su influencia va más allá del terreno de juego y todo lo entregado durante tantos años le han hecho ganarse un sitio de peso, al nivel de Messi y Sergio Busquets. Pero su carrera está llegando al fin, y con ello las medidas se deben empezar a incluir.
Es justo lo que están pensando a nivel directivo, y a nivel deportivo como no. Messi, su gran amigo así lo ha decretado, y teniendo en cuenta que las alternativas actuales no responden se ha atrevido a soltar una fiera en el camino. Araujo todavía está muy verde, Umtiti tiene claro que debe salir del club este verano, y Lenglet alterna buenas con regulares presentaciones.
El señalado por el capitán es uno de los mejores del plantea, y de los mejores pagos también
Para este orden de ideas que se está inclinando, se podría llegar a pensar que tiene que ver con más de lo mismo. Se ha incluido a Upamecano y a Koulibaly, pero es claro, Messi quiere a Milan Skriniar, el zaguero titular del Inter de Milán de Antonio Conte. Le ha prendado su solvencia en el puesto, y la presencia física que impone con solo estar parado en el campo.
Es un jugador con mucha clase, que además de ser bien directo en sus cruces y duelos, suele salir limpio y apoyar la construcción con rica técnica. Al lado de Conte ha crecido mucho, y sabiendo que lo de Lautaro Martínez ya no podrá ser, qué mejor argumento que sacarles a su estrella defensiva de la actual temporada.
Un esfuerzo a todo dar, la mano al bolsillo por Skriniar el reto que le imponen a Bartomeu
Tanto nivel, tanto prestigio y por 80 kilos es la catapulta del momento. El problema es que el club no pasa precisamente por su mejor momento financiero, y a eso se le debe sumar la para, además de la desorbitada demanda de salarios que el club cumple cada campaña. Así que el capitán ha sido claro, y ha desviado su atención en la búsqueda de opciones.
Ahora mismo les queda vender lo que tienen en la carpeta de salidas, y de una u otra manera blindarse con los temas de Rakitic, Vidal y compañía. De otra forma no hay cómo salir al frente y todas las migas se las lleva en contra la presidencia. Podría verse como un caso de deslealtad, pero no aplica, Messi enfrenta el presente con soluciones viables. Esta historia recién comienza.