María Llapart no pudo contener la risa en el programa de La Sexta por la bochornosa situación que ha tenido lugar con su compañero Jaime Rull
Al rojo vivo es uno de los programas más polémicos de la televisión. Sin embargo, ahora que su presentador, Antonio García Ferreras, se encuentra de vacaciones, han conseguido dejar de lado la polémica. No obstante, en la última emisión tuvo lugar un suceso que deja en muy mal lugar a uno de los reporteros.
Una situación que no pasará desapercibida para Antonio García Ferreras, quien tomará cartas en el asunto a su vuelta al programa de La Sexta. Y es que la bochornosa situación ha generado un gran revuelo en redes sociales, quienes no han podido evitar burlarse de Al rojo vivo por el ridículo que han realizado.
La mascarillas y las gafas, mala combinación
Las mascarillas se han convertido en un complemento más. Sin embargo, son tan molestas como necesarias. Más aún para aquellos que llevan gafas, quienes ven como las lentes se empañan constantemente. Algo que le ha ocurrido en riguroso directo a uno de los reporteros de Al rojo vivo, Jaime Rull.
Todo ha sucedido mientras entrevistaba a la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís. A pesar de que las gafas de Jaime Rull cada vez estaban más empañadas, el reportero consiguió aguantar y acabar la entrevista. Sin embargo, su compañera, María Llapart no pudo contener la risa y avisó a su compañero desde plató.
Antonio García Ferreras tomará medidas
María Llapart, presentadora de Al rojo vivo hasta que vuelva Antonio García Ferreras, no pudo contener la risa y le pidió a su compañero que se limpiara el vaho. Pero no solo eso, sino que también pidió que le quitaran el plano, puesto que no iba a poder seguir hablando de la risa. Una situación que también comentó el propio Jaime Rull.
El reportero comentó en directo que no estaba pagado, sumándose a la broma. Algo que, a buen seguro, no ha gustado nada a Antonio García Ferreras, quien cuida hasta el más mínimo detalle para que todo salga a la perfección en Al rojo vivo. Es por eso que las consecuencias pueden ser catastróficas para Jaime Rull.