Fijando su atención en los ejemplos del pasado, el entrenador exige a sus jefes un elemento vital para conseguir los objetivos
Una de las cosas por las que ha llegado Quique Setién al FC Barcelona, es para tratar de gestionar en base a su juego, el cambio de estilo de los blaugranas que venían descarrilados hasta acá. No obstante, no ha sido una tarea sencilla, y con las ambiciosas metas proyectadas, está trabajando arduamente con un reto que arranca esta noche ante el todo poderoso Bayern de Múnich.
Como referente en esa labor tiene el cántabro a Pep Guardiola, quién ha hecho de su trabajo, el mayor éxito recordado en la historia del club. Así que la imitación ha de ser un punto de partida, y para que este reflejo sea absoluto necesita jugadores que entiendan esa idea. Uno de ellos, Thiago Alcántara, al que irán a tentar tras este compromiso decisivo en Champions.
La política de fichajes del club se interpone en el medio del acuerdo
Esto sería sencillo de no haber una estructura la cual el club debe seguir bajo todo concepto. Se sabe que aquellos jugadores que un día pusieron marcha por decisión personal, no van a ser repescados. Sin embargo, el tema de Thiago les ha seducido, no solo por valor de mercado, sino por todo lo que podría aportar apegado a una idea que es la misma del club.
Setién le haya enorme sentido al posible trato y desde ya presiona por ello. Considera que es el hombre capaz de devolverle el estilo al equipo, con ese ímpetu y su gran talento para mover los hilos dentro de la zona central del campo. A esto hay que darle valor al trabajo orquestado justamente por Guardiola, que en palabras de su hermano, Rafinha, ha sido el gestor de lo que es hoy en día.
Thiago deja todo en manos de Bartomeu tras la salida de la puja por parte de Liverpool
Su nombre genera expectativa, eso es algo que no está al descubierto por nadie. Pero sin dudas es Barcelona el destino que el protagonista quiere emprender. Ya le han puesto cantos de sirena al oído por parte del Liverpool, y en cierta medida del mismo Real Madrid. Pero decidido a finalizar una etapa muerta en Catalunya, pretende poner todo para hacer de eso un hecho rutilante.
Todavía le resta un año de contrato y por eso los valores han estado tirados a la baja, porque a sus 29 años sigue siendo un verdadero referente en la zona. Se habla de 27 millones de euros, cifra más que ajustada a la realidad y a lo que el club está dispuesto a pagar por su talento. Queda todo de nuevo en juego, y será el presidente culé el que emita luz verde en este sentido nada más iniciada la ventana estival para ellos.