Duro momento para el noruego, que ha pasado al elenco de la capital en busca de gloria
Desde que llegó Martín Odegaard al Real Madrid nunca ha tenido sencillas las cosas. Su primera etapa, mucho más austera, permitió que saliera en busca de roce que le diera la experiencia para llegar más maduro. Hoy, y tras lo que ha significado estar en el banco de suplentes ha exigido tener una nueva oportunidad en otra institución.
No aguanta mucho más tiempo en esta vía, pero entiende que ha sido su comportamiento en el campo el que ha determinado que esto suceda. Un error en su segunda salida con la institución de la capital, le ha valido para estar en el ostracismo de ahí en más. Su flaqueza para hallar espacios en la zona media ha sido determinante, y esto ha sido su clausura.
Desea que sea su ex equipo la elección, más que por facilidades, por un tema de entendimiento
Y de valorar tomar una decisión ha destinado recursos en arreglar la que él considera pertinente. Sabe que en San Sebastián las cosas le son mucho más sencillas, y además entiende que el entorno le es mucho más favorable. Imanol Alguacil es un entrenador que le delega toda su confianza, y que le ha sabido colocar en el terreno de juego.
Sin embargo, esta no es una decisión que se prevea sencilla, más que nada por las exigencias financieras, y la delicada situación que en el país vasco viven. También, hay que meter en esa misma valoración el hecho de que aún está en periodo de adaptación, y que se debe ganar su puesto en el Bernabéu.
Zidane forza a esperar, quizás no sea el momento indicado para tomar decisiones
En la capital hay una forma distinta de ver y sentir el deporte. Ellos, con el estatus que tienen y que han ganado por años, pretenden extender un tramo adicional la estadía del jugador. No piensan ceder de forma tan simple, y ahora más que nunca buscan encontrar los argumentos necesarios para sostener al jugador allí.
Quiere triunfar en el equipo que le dio la oportunidad de jugar al más alto nivel, pero por encima de eso quiere reencontrarse con su mejor nivel. De momento está fracturada la relación, y no se ve sencillo que pueda mejorar. Habrá que verle en el campo, en los entrenamientos y en la elevación de su sentido moral.