Los dos clubes han pactado una guerra sin precedentes que tiene como fin quedarse con un crack del ataque
En territorio balcánico existe un sin número de jugadores de un nivel sobresaliente, eso que lo digan los referentes del país, el Real Madrid, el FC Barcelona y el Sevilla. Pero en este instante ha surgido uno más, su nombre es Andrej Kramarić. El punta del Hoffemhein ha descolgado esta temporada en la Bundesliga y tanto el Betis como el Valencia se vienen rompiendo cabeza en busca de su fichaje.
Una de las condicionantes para que este tema se haya inclinado de tal forma es sin duda el momento contractual. Y es que a sus 30 años está pasando por su último año firmado en el club. Lo que le deja libre a partir del mercado estival de 2022, donde se podría abrir una fuerte puja por quedarse con el buen juego aéreo, dinámica y sobre todo versatilidad a la hora de enfrentar los partidos.
Con el último descubrimiento balcánico, el Betis y el Valencia irán hasta el final con tal de ganar la partida
En el fútbol hay cosas que pesan demasiado y una de ellas es el roce. Las competencias que se disputen marcan una tendencia y en ese sentido si que está todo muy definido. Betis, de la mano de Pellegrini no solo ha elevado su nivel en competencias internas, sino que va en la misma línea en la UEFA Europa League.
Lo que haría pensar de más al balcánico, que inclusive tendría más chances de ganarse un puesto en ese equipo donde la competencia más fuerte es el panda Borja Iglesias. En Valencia la presencia de Maxi Gómez intimida, y es por ello que de momento las cosas corren de ese modo. Eso sí, habrá que esperar por las reacciones, y los impulsos de los jefes a la hora de emitir el ofrecimiento.
Mejor temprano que tarde, premisa para quedarse con el jugador de referencia
Y aunque a priori todo está inclinado para ser ejecutado en verano, el que se atreva a poner una cifra tentativa al club germano en el mercado invernal podría ser el que marque la diferencia. Saben que de todos modos lo van a perder en verano, y favorecer sus arcas seis meses antes no vendría para nada mal. Menos para un equipo que no disputa los puestos altos de la competencia.
Por ahora está muy prematuro para dictaminar un resultado en este evento. El jugador ya ha aportado lo que se necesita y será potestad absoluta de los encargados de estos temas darle el matiz que eso conlleva. Betis y Valencia saben a lo que se enfrentan, pero al tiempo son conscientes de sus debilidades.