La comensal se mostró abierta y sin nada que esconder, para entrarle más rápido a su cita
Sarai llegó con la idea de ser lo más transparente posible en su visita al restaurante de First Dates. La chica es de las que cree que todo lo que comienza bien termina bien, pero primero hay que ser lo más sincera posible. La toledana se definió como “una curvy-bueny, pero controlando las curvas, que no nos volvamos rontondis. Me gusta como soy porque un día estoy en la 42 y otro, en la 40. Tan feliz”.
Luego admitió que como todas las personas, tiene su buen carácter y su mal genio. “Soy de mecha corta y entro fácil al trapo. A veces tengo un carácter de mierda, pero también soy amable, dicharachera, me encanta quitar hierro al asunto, estoy vacilando todo el rato”. Mientras llegaba su cita, no dudó en coquetear con el barman. “Es atractivo y tiene algo”.
Sarai quedó impactada y fascinada cuando su cita llegó a las puertas del restaurante de First Dates
En el momento que la chica tonteaba con Matías, llegó Jesús, un venezolano de porte grueso con brazos fuertes, y figura robusta. El latino se admitió “Mi debilidad son las mujeres, soy un picaflor y Casanova, voy de flor en flor. Es algo que me domina por completo”. Sarai reconoció que físicamente le había gustado su cita.
“Tiene brazos de leñador, de empotrador, esos son los buenos, que no están ciclados ni son muy delgados, algo normal, que te hagan sentir segura”. Cuando ambos ya compartían en la mesa, la toledana le contó a su cita que tenía una hija. Él por su parte admitió que se le da bien los niños, sin embargo, la chica le exclamó, “a mí me gusta la mía, los demás, para un rato”.
En la decisión final de First Dates, Sarai fue de frente y sin mirar atrás
Sarai entró en confianza con Jesús y no se guardó nada de nada. “Te veo algo romanticón, pero también tienes otra parte de leñador empotrador con esos brazos. Es una mezcla buena”. Él por su parte no pudo ocultar su risa y le comentó, “una chica me dijo que me comportaba como un mono blanco porque soy muy salvaje”.
La química fue tan buena entre ambos, que no había porque preguntar si querían una segunda cita, no obstante, la producción lo hizo por regla. El venezolano fue el primero en decir que si pues “me gustó su personalidad y como piensa”. La comensal por su parte coincidió con el latino pues piensa que pueden haber algo muy especial entre ellos, “creo que nos podemos llevar bien”.