El veterano comensal quedó espantado con el atuendo de su cita
Una vez más nos dimos cuenta que las primeras impresiones si importan en First Dates, y en el caso de Manuel y Eugenia fue el clarísimo ejemplo. El primero en llegar fue el aficionado a la tauromaquia, quien no le tembló la voz para afirmar que “llevo los valores del toro por bandera”. También afirmó que esos valores “todos ellos se pueden llevar a la vida real”.
Acto seguido llegó Eugenia, una estilista de 62 años oriunda de Granada, quien impactó con su atuendo. Un vestido rojo como la manzana de Adán y Eva, y corto para dejar a la imaginación otras cosas. Como el veterano comensal era un poco chapado a la antigua, no dudó en hacerle una observación que no gustó para nada a ella. ” Estás ligerita de ropa”.
Lo que empieza mal termina mal, la cita de Eugenia y Manuel en First Dates no se desarrolló muy bien
Desde que el granadino exclamó que el vestido de Eugenia era un tanto corto, empezó la mala onda entre ambos. Eso si, el aficionado a la tauromaquia aceptó que la estilista era atractiva y que no parecía una mujer de 62 años. Todo lo contrario a lo que pensaba ella, ya que dijo que Manuel parecía de más edad de la que tenía.
Otra de las cosas que hizo dañar la cita fue el pensamiento un tanto radical que tenía el granadino. Este aceptó que era nacionalista, y que de puertas para afuera todos eran extranjeros y extraños para él. Eugenia percibía una mala vibra en él, y por supuesto desde ahí toda la velada se estaba hundiendo de a poco como el Titanic.
Mientras que Manuel creía que todo iba bien, Eugenia se quería ir del restaurante de First Dates
Suele suceder que una cita se va a diferentes frecuencias, y mientras una persona cree que todo está bien, la otra ya quiere que todo acabe para salir corriendo. Ese era el fiel ejemplo de Manuel y Eugenia, pues mientras el hombre creía que la tenía comiendo de su mano por exaltar sus valores radicales y un tanto machistas, la verdad es que a ella le pareció cero interesante desde el hola.
El granadino quiso probar suerte y exclamó que quería seguir conociendo a la estilista de 62 años. Ella lo tuvo que interrumpir para decir que no había sentido nada y que no se veía como algo más que su amiga. De ese modo, Eugenia le ofreció su amistad como lo único que podía dar. Él resignado aceptó “Si ese es tu deseo, está hecho”.
Mientras que Manuel se sintió un tanto incomodo por el atuendo de su cita, a Raúl le pasó todo lo contrario
Aunque Raúl quería una mujer que le gustase en todos los sentidos (no solo en el físico) al ver a Raysa entrando por la puerta del restaurante de First Dates no pudo contenerse. Y es que la chica impactó no solo al alicantino sino a todos los presentes y televidentes con su potente porte y su belleza en todos los sentidos.
Por supuesto el primero en llegar fue el agente de seguros, que no dudó en decir que se ha retocado su cuerpo y que ha pasado varias veces por el quirófano. “1.80 de hombro a hombro” le decía Carlos Sobera admirando su cuerpo. En cuanto al prospecto de mujer que quería lo tenía muy claro. “Quiero una chica explosiva, con cuerpo de gimnasio tipo modelo o stripper”.
First Dates le cumplió a Raúl y le envió al bombón de Raysa
El ilicitano quería una mujer tipo stripper y precisamente eso es a lo que se dedica Raysa. Al igual que Raúl, la latina también admitió que se ha hecho algunos retoques. “El pecho, un poquito de lipo, labios, pero muy poquito, aunque me gusta todo muy natural”. El agente de seguros le clavó la mirada desde que la chica entró, pero en vez de ver sus ojos (la ventana del alma) se fijo en otras cosas.
“Sus cocos, a por ellos que voy” dijo emocionado el comensal ante las cámaras. Cuando estaban en la mesa, la chica le comentó que era bailarina de pole dance, y que ese había sido motivo de problema con sus anteriores novios. Raúl dijo que para él no lo era, ya que había tenido una novia así.
Raúl no coronó en el reservado de First Dates pero seguro que lo hará fuera del restaurante
Los ánimos por parte de él estaba caldeados y el físico de ella lo ponía como una moto. En cuanto a la latina, también admitió que el físico del agente de seguros le gustaba. Todo estaba servido para que en el privado pasara algo más que una conversación, y entonces el alicantino creyó el momento justo para intentar besarla.
Ella se negó de manera sutil, aunque se veía que quería pues risa iba y risa venía. Aunque Raúl quedó con ganas de probar de las mieles del amor de Raysa, tendrá una chance más pero afuera del restaurante. Y es que tanto él como ella aceptaron tener una segunda cita, ya que se parecieron interesantes y atractivos.