El polaco ya es dueño y señor del conjunto azulgrana gracias a su incontestable rendimiento
El polaco Robert Lewandowski está demostrando al FC Barcelona que las palabras de su entrenador quedan en agua de borrajas. Porque, seguramente, el principal defecto de Xavi Hernández sea su discurso y no tanto los pasos que está dando el equipo. Sus números, más allá de las risas, son impecables a nivel doméstico. Europa ya es otra cosa.
Pero tras la victoria en Mestalla ante el Valencia CF, Xavi cumplió 38 partidos de Liga Santander al frente del banquillo azulgrana. Es decir, completó el ciclo de un campeonato completo con unos números nada malos. Exactamente los mismos guarismos que Pep Guardiola en su primera temporada. 27 victorias, 6 empates y 5 derrotas para un total de 87 puntos.
Más pegada que fútbol
Sin embargo, al entrenador del FC Barcelona le ha salvado una y otra vez la enorme pegada de sus delanteros, ya sea Auba la pasada campaña o ahora Robert Lewandowski. El polaco está rompiendo el discurso de su entrenador, que a menudo se llena la boca con jugar bien.
Ya van tres partidos bastante recientes que se saldan con victoria sin haber hecho un gran partido. Ante el Mallorca, ante el Celta y ante el Valencia CF. Todos ellos se ganó por 1-0 y se sumó 3 puntos al casillero. Pero el juego no fue ni mucho menos vistoso, siendo Ter Stegen muchas veces el salvador.
El ataque de Lewandowski al entrenador del Barcelona
En el FC Barcelona ya nadie puede dudar del rendimiento de Lewandowski. El polaco es pichichi con bastante holgura en la Liga Santander. Su mensaje, una y otra vez, es mucho más certero y realista que el de Xavi. De hecho, tras ganar en Mestalla con un gol suyo en el 93, Lewandowski volvió a hablar.
“En el fútbol a veces hay que saber cómo ganar y no cómo jugar para ganar… es lo que nos ha pasado”, admite el polaco en una entrevista. Parece claro que para Lewandowski lo importante es ganar, no jugar bien. Jugar bien y no ganar de poco sirve en el fútbol actual. Un discurso que cada vez se compra más en un entorno azulgrana que comienza a dudar de Xavi Hernández.