El concurso ya no esconde el favoritismo de Rafa Castaño y sube el nivel de los aspirantes para incomodar al burgalés en la prueba previa de cada programa
La Silla Azul comienza a ser el destino sistemático de un Orestes que cada día está menos cómodo en Pasapalabra. Venimos diciendo con bastante frecuencia que Rafa Castaño ha ido ganando terreno y confianza, lo que se traduce en mayor competitividad en El Rosco final.
La presión se puede cortar a cuchillo. Y nunca mejor dicho, ya que en el último programa, el de este pasado miércoles, Orestes falló a las primeras de cambio, una pregunta a priori sencilla. Sin embargo, el burgalés confundió cúter con cuchillo. Las dos empezaban con c y las dos servían para cortar. Un fallo que nos puede pasar a cualquiera, pero no debería suceder con el concursante más longevo de la historia de Pasapalabra.
Rafa Castaño sube el nivel
Porque Orestes, tras igualar los 260 programas de Pablo Díaz, ya es con diferencia el que más programas ha resistido desde que el formato volviera a Antena 3. Esta semana ha superado los 280 programas y, sin embargo, las sensaciones están muy lejos de ser buenas. Cada día siente más la presión a todos los niveles.
Porque Rafa Castaño ha dado un paso al frente y se siente muy confiado en sí mismo. Seguramente la corriente a favor que se lee en las redes sociales y el aparente mejor trato de Roberto Leal están permitiendo crecer como concursante al sevillano. Mientras tanto, Orestes, comienza a dar muestras de saturación y titubeos.
Orestes se convierte en un sufridor de la Silla Azul
Sin ir más lejos, lo que hasta hace nada parecía un mero trámite para el burgalés, ahora ya es una presión añadida. Porque Orestes está teniendo que enfrentarse a la Silla Azul muchas más veces de las que le gustaría. Y Pasapalabra está subiendo el nivel de los aspirantes que acuden al programa.
El último, Luismi, no fallaba ninguna y puso en serios aprietos a un Orestes que logró aferrarse al programa. Pero ya lo hace nervioso, más tenso de lo habitual. Una buena prueba de ello es la pregunta que falló en el último rosco y que ya le hizo ir a remolque. Este jueves, volverá a enfrentarse a su peor pesadilla.