Dicen que los polos opuestos se atraen pero en la velada de hoy vimos que dicha teoría a veces no es del todo cierta. Aunque el chico tiró toda la onda que pudo, la madrileña puso su escudo para repeler cualquier intención de él.
Una vez más se abre las puertas de First Dates para recibir solteros de todo España y que puedan encontrar el amor, el turno era para Aitana. La chica de 23 años vive en Leganés y dice estar muy feliz allí. En cuanto a su personalidad señaló “Tengo mucho carácter para mal y para bien”. De igual manera esperaba encontrar un chico muy bien parado y lo más importante, que supiera lo que quería.
En su llamado acudió Abel, un ingeniero de telecomunicaciones oriundo de Galicia pero afincado en Madrid desde hace unos años. ”Espero no perder nunca el acento gallego” decía con un poco de orgullo. La primera vista de cada uno fue diferente. Para ella, el gallego no estaba mal pero algo no cuadraba ‘‘me ha parecido un chico mono pero que no era mi estilo”. Para él, la chica estuvo muy bien.
Diferencias por doquier en la cita de First Dates, hicieron que Aitana tuviese ganas de escapar
Abel fue sincero y franco desde el principio. Quiere tener una relación estable y convivir con su pareja. El problema es que el gallego vive en un piso compartido con personas desconocidas. Aitana no está para nada de acuerdo con ese estilo de hogar. ”Eso de compartir piso con gente que no conoces es complicado”. En los gustos también encontraron diferencias.
Mientras al chico le gusta ir al gimnasio y leer libros, a la madrileña le fascina salir de fiesta con amigos y pasársela increíble. Abel apeló nuevamente a la sinceridad. ”Bailar no es mi punto fuerte, no te voy a mentir”. Lo bueno es que el ingeniero también era sensato. ‘‘Entre ella y yo no tenemos muchas cosas en común”. Luego de unos momentos un tanto incómodos, la comensal se levantó se su asiento para dirigirse al tocador, pero la verdad es que quería salir corriendo del restaurante.
A pesar de todo Abel si quería tener otra cita con Aitana lejos de las cámaras de First Dates
Cuando la madrileña se encontraba en el baño no dudó en llamar a una amiga por el móvil y contarle todo lo que estaba pasando. “Él es introvertido, había que sacarle conversación, muy parado. En estos momentos de mi vida busco a una persona más divertida”. Luego de volver la mesa, el gallego creyó buena idea hablar de sexo, preguntando el mejor lugar para hacerlo.
Lo más curioso es que ni él sabía la respuesta, algo que confundió más a Aitana. ”En el sexo este chico no me quiero imaginar yo, no sabe lo que quiere”. En la decisión final las cosas estaban más que claras. Abel pidió una segunda cita, pero tuvo que ser cortado y llevarse unas buenas calabazas. “Es un poco paradillo, un poco soso. Le veo bien pero no tenemos nada en común. Nada de conexión, ni como amigo”.