El presidente ucraniano se pone las pilas después del problema interno por el que actualmente está pasando Rusia con la revolución de su ejército
En el complejo tablero de ajedrez que es el conflicto en Ucrania, los acontecimientos recientes han permitido un cambio de rumbo. Las fuerzas ucranianas han logrado cruzar el río Dniéper y retomar territorio en la margen izquierda de la provincia de Jersón. Estos avances por parte de Ucrania se producen en medio de una insólita rebelión del Grupo Wagner, un grupo paramilitar de origen ruso.
Según los canales prorrusos que informan a través de Telegram, la actividad enemiga en el Dniéper ha aumentado significativamente en la última semana. Sasha Kots, un conocido bloguero militar ruso, confirmó que Ucrania ha establecido una sólida posición en la margen izquierda y busca expandir su punto de apoyo. Además, se reporta que las tropas de Kiev han formado una cabeza de puente de unos 60 kilómetros para hacer retroceder al ejército ruso.
El discurso de Putin con elogio al ejército y rechazo a la rebelión
En medio de estos acontecimientos, el presidente ruso Vladímir Putin se ha dirigido a su nación desde la plaza central del Kremlin. En su discurso, ha alabado al Ejército por “detener una guerra civil”, refiriéndose a la reciente rebelión del Grupo Wagner. Putin destacó que “ni el Ejército ni el pueblo han estado del lado de los amotinados”, y elogió a las fuerzas de seguridad por lograr “preservar el orden constitucional, la vida, la seguridad y la libertad de los ciudadanos”.
Tras el levantamiento registrado el fin de semana, las autoridades rusas han afirmado no tener información sobre el paradero del líder del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin. A pesar de la rebelión armada, insisten en que esta no ha debilitado la postura de Moscú en el marco de la invasión de Ucrania. Sin embargo, la turbulencia interna parece haber dado a Ucrania una ventana de oportunidad para avanzar en su lucha.
Consecuencias y proyecciones del avance ucraniano
El avance de Ucrania sobre la margen izquierda de la provincia de Jersón supone un importante revés para las fuerzas rusas, las cuales no están pasando por su mejor momento dentro del enfrentamiento. La formación de una cabeza de puente en este territorio abre la posibilidad para un avance aún mayor, poniendo a prueba la capacidad de respuesta del ejército ruso.
La rebelión del Grupo Wagner, por su parte, añade un nuevo grado de complejidad al conflicto. Mientras Putin insiste en que las fuerzas rusas han logrado mantener el orden, queda en duda cómo afectará esta insurrección a la moral y la cohesión de las tropas rusas en el frente. Por último, el destino de Yevgueni Prigozhin, líder del Grupo Wagner, se convierte en un interrogante de peso.