La duquesa exige la custodia exclusiva de sus hijos y una demanda de 80 millones de dólares.
La relación entre la duquesa de Meghan Markle, y el príncipe Harry ha estado en el ojo del huracán desde hace varios meses, y estarían cerca del divorcio. A lo cual fuentes cercana a la pareja, aseguran que en caso de que el matrimonio llegue a su fin, la duquesa ha dejado claro que su prioridad será la custodia exclusiva de sus hijos, el príncipe Archie y la princesa Lilibet Diana. Ya que no está dispuesta a que sus pequeños sean llevados de vuelta al Reino Unido y está decidida a mantenerlos en Estados Unidos.
Además de la custodia exclusiva de los niños, Meghan Markle ha presentado una demanda de 80 millones de dólares como parte de las condiciones para concretar la separación. Esta cifra ha generado sorpresa y controversia, ya que significaría un importante traspaso del patrimonio de Harry hacia su esposa.
Meghan Markle exige la custodia exclusiva de sus hijos en caso de divorcio
Ante esta situación, el príncipe Harry no está dispuesto a quedarse de brazos cruzados. El hijo menor de Lady Di ha decidido tomar acción y ha contratado a un prestigioso bufete de abogados especializados en casos de divorcio para luchar por la custodia compartida de Archie y Lilibet. Aunque Harry ya no recibe dinero público desde que renunció a sus responsabilidades reales en 2020, busca proteger su patrimonio y asegurarse de que sus hijos puedan crecer con su presencia.
Es importante recordar que, independientemente del resultado de esta batalla legal, los pequeños Archie y Lilibet Diana serán los más afectados por la separación de sus padres. Por lo tanto, es esencial que ambas partes prioricen el bienestar y el interés superior de los niños en todo momento.
Incertidumbre sobre el futuro
Los rumores sobre una crisis matrimonial entre Meghan Markle y el príncipe Harry han ido en aumento en los últimos meses. Aunque la pareja ha intentado mantener su vida privada alejada de los reflectores, los informes de desacuerdos y tensiones se han vuelto cada vez más persistentes.
Sin embargo, el resultado de esta batalla legal y emocional es incierto. Lo que está claro es que Meghan Markle y el príncipe Harry enfrentan un momento desafiante en su matrimonio y que ambos están dispuestos a pelear por lo que consideran justo para el bienestar de sus hijos. Solo el tiempo dirá cómo se resolverán estos conflictos y qué impacto tendrán en el futuro de la pareja.