El Jugador hispano congoleño abre la puerta a un regreso a Europa ante un futuro incierto para el pivote estrella del equipo
El talentoso jugador hispano congoleño que se coronó campeón de la NBA con los Toronto Raptors en 2019, está decidido a retomar su carrera en la liga estadounidense tras una serie de desafíos y obstáculos. A sus 33 años, Serge Ibaka, sigue trabajando incansablemente para regresar a la NBA y demostrar que su carácter ganador y experiencia son activos valiosos para cualquier equipo.
Después de una experiencia frustrante con los Miwukee Bucks, donde la falta de comunicación lo llevó a salir del equipo en febrero pasado. El jugador enfrentó dificultades adicionales en su corta etapa con los Indiana Pacers, donde nunca llegó a debutar. La pasada temporada lo vio sin un equipo al que pertenecer, manteniéndose como agente libre en espera de una oportunidad para regresar a la cancha.
Serge Ibaka: una mirada hacia el Real Madrid
En una entrevista exclusiva con ‘The Athletic’, Ibaka compartió su determinación y sus objetivos. “Mi mentalidad es la de siempre. Quiero encontrar la oportunidad de ir a un lugar donde pueda contribuir, divertirme y ser feliz. Eso es lo que tengo en mente ahora”, expresó el jugador. Ibaka también resaltó que su vasta experiencia puede ser de gran valor para equipos jóvenes que buscan progresar y alcanzar el éxito en la liga.
Entre las opciones que Ibaka mantiene abiertas, una de las más llamativas es la posibilidad de unirse al Real Madrid. Aunque actualmente el pivote estrella del equipo Walter Tavares, desempeña un papel fundamental en el equipo, la perspectiva de una eventual partida de Tavares podría abrir la puerta para que Ibaka explore la opción de unirse al club. Ibaka, con su historial de éxito en la NBA y su enfoque en el desarrollo de jugadores jóvenes, podría encajar en la visión a largo plazo del equipo y contribuir a la formación de una plantilla competitiva.
El camino hacia la redención
La experiencia de Serge Ibaka con los Miwukee Bucks dejó una impresión duradera en él. La falta de comunicación y la sensación de no ser valorado lo llevaron a cuestionar su compromiso con el deporte que ama. “Hubo un momento en el que no podía más. Amo este juego, pero si va a afectar mi paz mental y mi felicidad, no vale la pena”, reflexionó Ibaka.
Si bien su regreso a Europa no está fuera de consideración, Ibaka está decidido a buscar una segunda oportunidad en la NBA y ha expresado su interés en unirse al Real Madrid si la situación con el pivote estrella Walter Tavares si las circunstancias son propicias. Su determinación y enfoque positivo lo convierten en una figura inspiradora dentro y fuera de la cancha.