El lateral comienza a darse cuenta del gran error que cometió el pasado verano
El fútbol hay trenes que cuesta mucho rechazar. Eso le ocurrió a Javi Galán este pasado verano, cuando el Atlético de Madrid llamó a su puerta. Un equipo grande, que juega la Champions League y que aspira a cotas más altas que lo que aspiraba el Celta de Vigo. Sin embargo hay veces que conviene analizar un poco dónde se va.
Porque Simeone, de un tiempo a esta parte, juega con un esquema bastante asimétrico. Defensa de 3, pero en los carriles suele poner un lateral en un lado y un extremo en el otro. Nahuel Molina es un fijo en la banda derecha y es la izquierda donde suele jugar un atacante. Javi Galán no tiene un puesto natural donde mostrar su nivel.
Javi Galán sin sitio en este Atlético
Hasta ahora, Galán había brillado con el Huesca y con el Celta tanto en defensa de cuatro como en defensa de 3 centrales. Se adapta a la perfección tanto al lateral zurdo clásico como al carrilero. Quizás por eso pensó que en el Atlético de Madrid, donde Carrasco tenía muchas papeletas de irse, encajaría bien.
Pero Simeone quiere ahí un atacante. Antes era Carrasco y ahora, tras los dos grandes partidos en Roma y ante el Real Madrid, Samuel Lino parece que se consolida. A Javi galán le quedan los minutos de la basura, cuando hay que protegerse en el tramo final. Parece evidente que tiene un problema.
El Celta interesado en que vuelva
Seguramente Galán tenía otra idea en la cabeza. Veía que se podía consolidar como lateral zurdo, un puesto que desde Filipe Luis nadie ha sabido cogerle el punto en el Atlético. Ni Lodi, ni Reguilón, Reinildo algo mejor… Sin embargo, el propio Simeone, una vez analizada la plantilla, mantiene el 3-5-2 con un atacante en banda izquierda.
Esta circunstancia puede acelerar la salida de un Javi Galán que vería con buenos ojos una cesión al Celta en enero. Volver al equipo en su centenario y a las órdenes de Rafa Benítez seguro que le ayudan a tener esos minutos de calidad que necesita para convencer a Simeone.