Los fallos de seguridad en Israel: ¿Dónde queda la promesa de Netanyahu ante el ataque de Hamás del 7 de octubre?
El reciente ataque perpetrado por Hamás el 7 de octubre ha sacudido los cimientos de la política israelí. La audacia y sorpresa del grupo terrorista, que logró infiltrarse y secuestrar a ciudadanos israelíes en pleno corazón de Israel, ha generado interrogantes sobre la capacidad de seguridad del gobierno de Netanyahu.
La sensación de vulnerabilidad y desprotección se ha apoderado de los ciudadanos. Las voces de descontento, especialmente en áreas cercanas a la Franja de Gaza, no han tardado en alzarse. Los ciudadanos demandan respuestas. El caso de Rajel y David Edri, una pareja de jubilados que fue secuestrada en su hogar por terroristas de Hamás, se ha convertido en símbolo del fallo de seguridad.
El gobierno de Netanyahu bajo lupa tras los acontecimientos de octubre
Desde el inicio de su mandato, Netanyahu ha basado su gobierno en la promesa de seguridad y estabilidad para Israel. Sin embargo, el ataque de Hamás pone en entredicho la efectividad de sus políticas y su capacidad de liderazgo. Las manifestaciones en Ofakim reflejan el sentimiento de un sector de la población que siente que el gobierno ha fallado en su promesa fundamental: garantizar la seguridad de sus ciudadanos.
El foco de atención también ha estado en las decisiones tomadas en los últimos meses. En medio de intentos de reformas judiciales y protestas civiles, parece que el gobierno de Israel se ha distanciado de la amenaza inminente que representaba Hamás.
Un fallo de inteligencia sin precedentes
Más allá de las críticas políticas, se ha señalado un grave fallo en el sistema de inteligencia israelí. ¿Cómo Hamás planeó y ejecutó un ataque de tal magnitud sin detección? Las agencias de inteligencia, históricamente baluartes de la defensa israelí, ahora enfrentan críticas intensas. La confianza en estas instituciones ha sufrido una grave erosión.
Netanyahu, al intentar un acercamiento con Hamás en vez de con la Autoridad Nacional Palestina, cometió lo que muchos ven como un error estratégico. Las decisiones que autorizaron la entrada diaria de miles de trabajadores de Gaza y el flujo de fondos desde Qatar enfrentan cuestionamientos. Mientras Israel relajaba su vigilancia, Hamás preparaba meticulosamente su ataque.