En la tranquila localidad pontevedresa de Marín, la tragedia golpeó con una fuerza inesperada la noche del viernes, dejando una huella imborrable en la comunidad. Brais Sestelo y Rubén Farto, dos jóvenes de 17 y 16 años, respectivamente, encontraron un final abrupto y desgarrador en un accidente de tráfico en Coirados, cerca del límite urbano de Marín.
El escenario del desastre: Una noche tranquila convertida en pesadilla
La noche, que no presentaba condiciones adversas para la conducción, se vio sacudida por un impacto seco y fatal. El accidente se produjo en la carretera autonómica PO-313, un tramo conocido pero imprevisible. María Dolores Boullosa, propietaria de la única farmacia de la zona y testigo indirecta del suceso, relató cómo el choque perturbó la calma nocturna, sin previo aviso, sin chirriar de frenos.
Reacción inmediata y esfuerzos de rescate
La respuesta a la emergencia fue inmediata, con vecinos y servicios de emergencia acudiendo al lugar. Pese a los esfuerzos desesperados por salvar vidas, la realidad pronto se impuso: Brais y Rubén, a pesar de llevar puestos los cinturones de seguridad, no pudieron sobrevivir al impacto devastador.
Un municipio en Luto: Marín rinde homenaje
La alcaldesa de Marín, María Ramallo, reflejando el sentir de toda la corporación local, decretó dos días de luto oficial. Las banderas ondearán a media asta en señal de duelo, y se suspenderán las actividades culturales, deportivas y de ocio, en un gesto de respeto y solidaridad hacia las familias de los jóvenes y toda la comunidad afectada.
María Ramallo destacó la unidad y el apoyo incondicional de la comunidad en estos momentos de dolor. La tragedia ha resonado profundamente, especialmente en el ámbito deportivo local, donde ambos jóvenes estaban activamente involucrados.
Investigación en curso
Mientras Marín intenta asimilar el golpe, la Policía Local de Marín se encarga de esclarecer las circunstancias del accidente. El conductor del Golf, un joven de 20 años, pasó las pruebas de alcoholemia y drogas, arrojando resultados negativos. Ahora, la investigación se centra en determinar las causas que llevaron a este fatal desenlace.
Este trágico suceso no solo ha dejado un vacío imborrable en las familias de Brais y Rubén, sino que también ha sacudido los cimientos de una comunidad que hoy se une en el recuerdo y en el compromiso por la seguridad vial. Marín, sumida en la tristeza, busca ahora caminos para prevenir futuras tragedias y honrar la memoria de quienes se han ido demasiado pronto.”