La pandemia de COVID-19, que sacudió al mundo en 2020, trajo consigo una carrera sin precedentes para desarrollar y distribuir vacunas
Una realidad menos conocida es el desecho masivo de estas vacunas en la Unión Europea (UE), una situación que revela las complejidades y desafíos de la gestión de crisis a gran escala. Según un análisis realizado por POLITICO, los países de la UE han desechado al menos 215 millones de dosis de vacunas COVID-19, lo que representa un costo estimado para los contribuyentes de más de 4 mil millones de euros. Esta cifra es probablemente una subestimación.
La escala del desperdicio en vacunas covid desechadas
Desde la aprobación de las primeras vacunas a finales de 2020, los países de la UE han recibido colectivamente 1.5 mil millones de dosis, más de tres por cada persona en Europa. Muchas de estas dosis terminaron en vertederos en todo el continente. Los cálculos, basados en datos disponibles, muestran que los países de la UE han descartado un promedio de 0.7 vacunas por cada miembro de su población. Estonia encabeza la lista, desechando más de una dosis por habitante, seguida de cerca por Alemania, que también desechó el mayor volumen bruto de vacunas.
La dificultad para descubrir cuántas vacunas se han tirado es notable. Gobiernos como Francia, el segundo país más poblado de la UE, son reacios a revelar la escala del desperdicio. Las cifras de POLITICO se basan en números de 19 países europeos, 15 que nos proporcionaron cifras directas y cuatro donde los volúmenes se informaron en medios locales.
Implicaciones más allá de lo financiero
Más allá del impacto económico, hay repercusiones significativas. Las preguntas sobre cómo se negoció el gran contrato de Pfizer han perseguido a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. El contrato ya ha sido renegociado por la Comisión Europea bajo la presión de los países de la UE que sufren un exceso de vacunas. Polonia y Hungría dejaron de aceptar vacunas y están siendo demandadas por Pfizer por impago. En Rumanía, los fiscales quieren levantar la inmunidad de su ex primer ministro y dos ex ministros de salud, alegando que las compras excesivas de vacunas causaron más de 1 mil millones de euros en daños al estado.
La situación es un recordatorio potente de los desafíos de gestionar una crisis de salud pública a esta escala. Las decisiones tomadas en momentos de incertidumbre, aunque loables en su momento, pueden tener consecuencias duraderas y costosas.
Aprender de los errores
Esta situación subraya la importancia de una planificación y gestión cuidadosas en tiempos de crisis. Aunque es fácil criticar con retrospectiva, los desafíos sin precedentes que presentó la pandemia requerían decisiones rápidas en un contexto de gran incertidumbre.
La experiencia de la UE con el desecho de las vacunas COVID-19 ofrece lecciones valiosas sobre la preparación para futuras emergencias sanitarias. A medida que continúe la lucha contra la pandemia y sus variantes, será crucial aprender de estos errores para garantizar una respuesta más efectiva y eficiente en el futuro.