La polémica detrás del roscón de Reyes de Mercadona: El FACUA interviene
Mercadona, la reconocida cadena de supermercados, enfrenta una denuncia por publicidad engañosa: La controversia se centra en su famoso roscón de Reyes. FACUA-Consumidores en Acción ha elevado una queja ante el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, argumentando que la forma en que Mercadona anuncia estos dulces induce a error a los consumidores.
El conflicto surge por la descripción de los roscones en las etiquetas de los supermercados. Se promocionan como “Roscón relleno N.”, sugiriendo que el relleno es de nata pura. Sin embargo, una inspección más detallada revela que el relleno es, de hecho, un preparado a base de nata, mezclado con aceites y grasas vegetales.
Detalles ocultos en la letra pequeña: el relleno de los roscones
La discrepancia se evidencia al comparar la información disponible en las tiendas físicas con la detallada en la página web de Mercadona. Mientras en las tiendas se promueve la imagen de un roscón relleno de nata, la web especifica claramente que es un preparado a base de nata.
FACUA señala que este preparado contiene aceites vegetales de diferentes tipos, incluyendo almendra de palma, coco, palma y nabina, una composición que difiere significativamente de la nata pura. Además, en los roscones con rellenos de dos sabores, se usan etiquetas como “Roscón relleno N.T.”, donde la ‘T’ representa trufa. Este método de etiquetado, según FACUA, es engañoso y busca dar una impresión errónea a los consumidores.
Las consecuencias de una publicidad engañosa
La denuncia de FACUA contra Mercadona no es un caso aislado en el sector de supermercados. Ya en 2022, FACUA presentó denuncias similares contra Lidl, Aldi, Dia y el fabricante Aserceli. Estas compañías fueron eventualmente multadas por prácticas publicitarias engañosas. La situación actual con Mercadona pone de manifiesto la necesidad de una mayor transparencia en la publicidad y el etiquetado de los productos alimenticios.
El caso de los roscones de Mercadona es un claro ejemplo de cómo la información en las etiquetas puede llevar a confusiones y malentendidos. Resalta la importancia de una comunicación clara y honesta entre los supermercados y sus clientes, y plantea interrogantes sobre la responsabilidad de las grandes cadenas en el mantenimiento de estándares éticos en sus prácticas publicitarias.