La Real Sociedad derrotó en la noche de ayer al Celta en cuartos de final de Copa del Rey, competición en la que Douvikas había demostrado que estaba preparado para tener un rol superior en LaLiga
El Celta rompió todas las ilusiones de la afición celeste en la noche de ayer y Rafa Benítez es el gran señalado por Balaídos, pues lo responsabilizan de la mala imagen del equipo. No obstante, el duelo ante la Real Sociedad tiene muchas más lecturas. Una de ellas es la de Douvikas, quien tras la eliminación en Copa del Rey tendrá que lidiar con una situación muy difícil hasta final de temporada.
El delantero griego había encontrado en la competición copera un bálsamo a su situación en LaLiga, donde no estaba contando con muchos minutos. Una situación que no entendía la afición, pues Douvikas es hasta el momento el máximo goleador de Copa del Rey. Pero ahora se ha quedado sin la que ha sido hasta el momento su competición fetiche.
Douvikas se queda sin Copa del Rey y tendrá que lidiar con el banquillo
Como hemos comentado, hasta el momento Douvikas ha tenido muy pocos minutos en LaLiga. La pareja de ataque conformada por Strand Larsen y Iago Aspas es inamovible para Rafa Benítez. Es por eso que el griego ha sido uno de los futbolistas menos utilizados del conjunto celeste pese a su buen nivel cuando ha sido titular en Copa del Rey.
Ahora que no tendrá la Copa del Rey para tener minutos, Douvikas tendrá que lidiar con el banquillo hasta final de temporada. Será una situación realmente complicada, pues no está acostumbrado por la importancia que ha tenido siempre en sus equipos. Pero la tozudez de Rafa Benítez apunta a que, de una forma u otra, tendrá que acostumbrarse.
Rafa Benítez, en el punto de mira de la afición
Otra de las lecturas que deja el partido, y como ya hemos publicado en ElGolDigital, es la destitución de Rafa Benítez. El entrenador madrileño está en una situación realmente complicada, pues la afición lo responsabiliza de la mala imagen del equipo en los últimos dos partidos contra la Real Sociedad.
Ahora toda la responsabilidad recae sobre Marián Mouriño, quien deberá decidir si cambiar el rumbo del equipo mediante un cambio de entrenador o si seguir confiando en el técnico madrileño. Si se opta por esta segunda opción, Claudio Giráldez es el mejor colocado para asumir el cargo, pues ha demostrado en el filial celeste que está más que preparado para solventar la papeleta.