Me voy de Rafaela sin saber por qué a esta ciudad le dicen “la perla” del oeste santafesino. Aunque lo supongo: cuenca lechera, muy agroindustrial, tierra fértil. Pero volviendo a la Perla, por si faltaba una en este collar que es Newell´s, apareció Trezeguet. Pocos minutos le alcanzaron para recibir un gran pase de Maxi y calzarla con puntería de francotirador. Para “El”, será quizás un desquite. Un desahogo. Tras haberse ido sin demasiados motivos de un River al que “El” había elegido para desplegar algo de lo mucho que le vimos a la distancia.
Para Newell´s implicará un valor agregado, distintivo, en este collar que Berti decidió no cortarlo por el hilo (hubiese resultado traumático), sino comprobó que una perla preciosa puede ser reemplazada por otra tal vez menos brillante, pero igual de cuidada.
A Scocco se lo extrañara. Mucho. Sus movimientos para participar activamente de las maniobras en ataque de La Lepra resultaron muy eficaces. Por ello, no habrá justicia al compararlo con Víctor Aquino y hasta con el mismísimo David. Aunque ambos hacen enormes esfuerzos de movilidad para participar del módulo de ataque.
Demostración inequívoca de como un estilo puede potenciar las cualidades individuales. Porque estoy seguro que este Newell´s puede devolvernos mucho de lo que sabemos tiene el francés. Aunque el cuerpo tenga las marcas de tantas batallas, esta cerca de marcar 300 goles en su carrera y ya vimos que el instinto sigue pleno.
Rosario puede ser su última conquista. Habrá un equipo dispuesto a facilitarle esta “quijoteada”. Y desde este Newell´s que pretende persistir en su idea inclaudicable y apasionada por mejorar, Trezeguet ya dejo en la noche de Rafaela una perla para encantar nuestro fútbol.