Con el descarte a una de las más sonadas contrataciones, ha iniciado este nuevo capítulo colchonero
Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid ha sido el encargado de abrir las noticias del cuadro colchonero este día miércoles, entregando ciertos avances tras una entrevista concedida. En esta entrega se han tocado varios temas, pero el que mayor tintes de polémica ha sumado, ha sido el de los fichajes, que tiene a la expectativa a toda su afición.
A dos meses que se acabe este periodo descrito, el club como tal tiene varias consideraciones, una en cuanto a las salidas, y la segunda en el tema de incorporaciones. Ajustado a su realidad financiera ha dicho que se mantendrán en una línea conservadora, guardando las distancias y permeando la posibilidad de seguir los lineamientos del ‘cholo’ en todos sus frentes.
Las especulaciones son simplemente eso, especulaciones
Sobre los temas más sensibles supo dar razones, y lo primero ha sido enfrentar su actualidad en Europa. No son propiamente el club favorito a alzarse de la orejona, pero tienen muy claro que vienen de jugar a un gran nivel tras la reanudación de la competencia, y que han eliminado al vigente campeón y mejor equipo del planeta.
Eso les impulsa y les pone en igualdad de condiciones. También se ha referido al nivel de sus muchachos, y de la juventud de su conformación. Tienen un grupo fuerte y muy bien liderado por el argentino. Por eso cuando se le ha preguntado por James Rodríguez ha sido tan tajante, y ha dejado a la crítica con el cristo en la mano.
Por James no piensan mover un dedo, su futuro se prevé lejos de la capital
Del cielo al infierno, y lo que parecía fijo ahora no lo es tanto. James era hasta ayer una de las posibilidades más grandes del colchonero de cara al mercado. Se decía que por 10-15 millones de euros lo iban a acercar, y que de una u otra manera iban a poder ficharlo por petición del propio entrenador.
Pero con palabras cómo “No creo que James entre en los planes del Atlético de Madrid” cierra toda chance. Y a esto hay que sumarle el trato de Oblak, al que sí ha pretendido darle tintes de esperanza. Tienen un contrato, y la sensación hasta el momento es de respeto absoluto por el, independiente de los requerimientos que le han hecho llegar los más grandes.