El conjunto colchonero tira la casa por la ventana por Ocampos y Diego Carlos
De momento sigue sin estar claro cuándo va a comenzar el mercado estival de este año. Todo queda a la espera de la fecha en la que se reanude la competición, pero mientras esto sucede el Atlético de Madrid ya tiene dos objetivos muy claros en las filas de un rival directo como el Sevilla FC. Se llaman Diego Carlos y Ocampos y la primera oferta rondará los 100 millones de euros.
El conjunto rojiblanco sabe que por separado son dos futbolistas que se irían a los 130 millones mínimo, sin embargo se confía en una oferta conjunta que convezca al Sevilla FC. La cláusula de rescisión de Diego Carlos es de 75 millones de euros, mientras que la del atacante argentino no baja de los 60 millones.
El cuadro hispalense por su parte ve una oportunidad única de completar el verano con mayores beneficios en ventas de toda su historia, lo que permitiría a Monchi afrontar el resto del mercado con margen suficiente para afrontar operaciones de mucho nivel. Eso sí, veremos si la oferta de los 100 millones de euros es suficiente.
Hirving Lozano y el Atlético
El Atlético de Madrid lleva años buscando un jugador específico de banda derecha y parece que este verano lo puede encontrar en la figura de Hirving Lozano. El jugador mexicano no entra en los planes del Nápoles y el conjuunto italiano facilitará su llegada al Wanda Metropolitano a buen precio, lo que a su vez también tendrá consecuencias para el Sevilla FC.
Porque para hacer hueco a Hirving Lozano en el equipo el Atlético de Madrid sabe que va a tener que desprenderse de alguno de sus futbolistas de banda. Así, todas las miradas están puestas sobre Vitolo, al que muchos ven de regreso en el Sánchez Pizjuán. Una operación que sin duda estaría repleta de polémica por la forma en la que el jugador salió en su día del club.
Monchi no va a dejar pasar la oportunidad de firmar a un futbolista de la calidad de Vitolo, aunque sabe que la afición está completamente dividida con este asunto. El recibimiento al futbolista canario en el Sánchez Pizjuán en los últimos años no ha sido el mejor. En definitiva, un regalo envenenado que el club hispalense está dispuesto a aceptar.