Se habla de millonadas auténticas cuando quizá lo más sensato es rebajar las prestaciones
Ahora que hay parón liguero muchos clubes aprovechan para trabajar en la próxima temporada. El Atlético de Madrid es uno de los ejemplos más claros, ya que tiene varias cesiones con opción de compra distribuidas por ahí y deberá planificar bien. Por eso, en este momento es bueno analizar el precio justo de los jugadores del Atlético.
Porque cada vez que se habla de que alguien va a salir rápidamente salen cláusulas abusivas en la mayoría de casos. ¿Vale Joao Félix realmente 126 millones? ¿El precio de Moussa Dembélé es de 35 millones? ¿Cuánto vale Morata? ¿Y Saúl? ¿Y Marcos Llorente? Con la pandemia seguramente se tienda a reducir precios.
Parámetros para saber el precio justo
Para establecer un precio ajustado, lo que se tiene en cuenta, fundamentalmente es la edad, el rendimiento y la capacidad mediática para generar publicidad y demás. El valor no tiene que ir ligado a la cláusula, ya que como decimos en la actualidad hay cláusulas que no se corresponden.
Pero si hablamos de un precio justo, Oblak es el jugador más caro del Atlético. El portero tiene un valor de mercado actual de 90 millones de euros, por lo que su cláusula, de 120 millones, se antoja algo excesiva. Pero no tanto como la de Joao Félix. El jugador más caro de la historia del Atlético también es el que tiene una cláusula más alta: 350 millones de euros.
¿Es justo el precio de los jugadores del Atlético?
Una barbaridad, si tenemos en cuenta que el valor de mercado actual del portugués es de 80 millones de euros. El siguiente más caro es Marcos Llorente, cuyo valor se estima alrededor de 70 millones de euros. Pero su cláusula es de 120. A la baja Saúl Ñíguez, cuyo rendimiento es cada vez peor y su precio, en consecuencia, más barato. Está en 55 millones, cuando la cláusula es el triple: 150.
Es muy importante saber el precio justo de los jugadores de equipos grandes como el Atlético. Porque en el fútbol actual se tienden a pagar por las urgencias deportivas. El que necesita gol como el comer, lo ficha al precio que sea. Puede pasar como al Atlético con Dembélé, que le colaron una opción de compra de 35 millones, cuando el precio del futbolista no supera los 25.