La historia de los leones es muy larga y las últimas finales perdidas tras enormes actuaciones ponen a Marcelino en guardia y presenta un plan especial para las finales
Los datos del Athletic de Marcelino comienzan a asustar. Físicamente se comen a los rivales, el nivel de confianza hasta hace que se ganan 3 puntos en Liga con un once plagado de suplentes. Todo está de cara. Y se ganan muchos partidos con goles en los minutos finales, e incluso en el descuento.
Es como tener la sensación de que tarde o temprano se ganará el partido. Ante el Granada CF se podía pensar que era día propicio para el tropiezo. Se venía de semanas frenéticas y de conseguir en la prórroga el pase a la final de la Copa del Rey. Además la alineación de Marcelino marcaba las prioridades.
Marcelino está de dulce
De la alineación inicial se cayeron Unai López, Muniain, Berenguer, Iñaki Williams, De Marcos, Raúl García, Yuri Berchiche, Mikel Vesga o Yeray, además del sancionado Iñigo Martínez. Es decir, los 10 jugadores de campo que a día de hoy son titulares para Marcelino, no formaban de inicio. Solo el portero Unai Simón.
Con todo, Asier Villalibre marcó a los 2 minutos. El Athletic comenzó mandando. Y el encuentro terminó como empezó. El gol de Jorge Molina ponía las tablas, pero un Berenguer en estado de gracia, entró al campo en el 85 y le bastó un balón para hacer un golazo que aseguraba los 3 puntos.
Los datos de Marcelino que preocupan en el Athletic
El Athletic de Marcelino vuela y los datos asustan. Desde que debutara el 6 de enero en el banquillo, Marcelino solo conoce la derrota ante el FC Barcelona. Es decir, únicamente le ganó el equipo que ahora está en mejor forma con 16 encuentros consecutivos sin perder.
Unos datos que hacen temer lo peor. Porque físicamente no se puede sostener este nivel mucho tiempo. Y la suerte y el acierto no siempre van a acompañar. Muchos comienzan a pensar que se está así demasiado pronto. Temen llegar al decisivo mes de abril, con las dos finales de Copa, con la gasolina en reserva. Algo que además tiene precedentes. Son muchos los equipos que estando enero y febrero como motos se caen en abril y mayo. Marcelino deberá gestionar muy bien los minutos.
Marcelino activa la ambición
En las horas previas a la decisiva vuelta de las semifinales coperas, el entrenador del Athletic, Marcelino, trabaja en erradicar la actitud conformista de muchos jugadores. Una lacra que viene de lejos, ya que son ya muchos los años que los athleticzales se quejan de esa rémora que dejó Javier Clemente en sus años como entrenador.
Porque en Bilbao siempre hay una excusa recurrente. “Es que el mercado del Athletic es muy complicado”, “bastante ha hecho el Athletic sin poder fichar en las mismas condiciones”… la excusa de la filosofía ha terminado por calar en los aficionados y, lo que es peor, se ha trasladado a la plantilla.
El conformismo instalado desde tiempos de Clemente
Los jugadores del Athletic no sienten la obligación de ganar, porque se saben en desigualdad de condiciones. Este mensaje lo repetía una y otra vez un Javier Clemente que ahora es el principal obstáculo para Marcelino. Bueno, más que Clemente, el mensaje de conformismo que se grabó a fuego.
Marcelino no entiende ni de filosofías ni de dinero ni de nada. Solo de trabajo, trabajo y trabajo. Al entrenador asturiano le fastidia perder y empatar. No digamos partidos que se pueden ganar de sobra y se empatan por pecar de poca ambición. Los últimos empates han despertado la bestia que hay en Marcelino.
El Athletic necesita cambiar de actitud
Y lo han hecho en las horas previas del decisivo encuentro de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey. El Athletic tiene que abandonar cuanto antes la actitud conformista y poner los cinco sentidos en ser superiores al Levante UD. El gen ganador de Marcelino se debe contagiar a los jugadores.
Nunca hay que conformarse con el resultado, si dicho resultado se puede mejorar. En el fútbol al final se juega 11 contra 11. Y todos los equipos entrenan en igualdad de condiciones, así que en cultura del esfuerzo y en ambición el Athletic nunca puede ser inferior al rival.