Una movida justa pero necesaria en esa labor de terminar de edificar la plantilla que solvente la temporada en vigencia
Celta de Vigo ha enterrado hace dos días la última posibilidad de fichar a un jugador como Rafinha Alcántara; un elemento que para Óscar García ha sido una de sus principales piezas de armado. El futbolista ha sido traspasado finalmente por el FC Barcelona al PSG de Thomas Tuchel en medio de una negociación libre y que no ha tardado realmente nada.
En medio de la finalidad del mercado, se ha logrado llegar a un acuerdo bi partidario muy favorable. Los culés le han soltado por 3 millones de euros, muy distantes a los 16 que habían solicitado como medida de entrada a negociar de hace un tiempo. Esto se ha tomado como una carta final, que busca a su vez tener una alternativa a las diferentes opciones en el ambiente.
Las condiciones marcan un estilo en la nueva vía de negociación del FC Barcelona
Bajo la premisa del soltarlo en variables, así ha sido tomado el hecho que determina el fin del club en relación a sus necesidades. Esto no solo le elimina de lleno una ficha, sino que se pensaba iba a ser la justa para el trato de un jugador extra que debía llegar a la institución catalana.
Un baldado de agua fría para el Celta, club que había hecho lo indecible para convencer extender la cesión de Rafinha al menos una temporada más. Por parte de los celestes lo que habían hecho era buscar las soluciones seguras, y para ello habían soltado a Álvaro Vadillo, único jugador que ha salido de la institución al final de la ventana estival.
El mercado de los agentes libres se muestra muy atractivo
Nada ha salido como se pensaba, pero eso no es un causal para desistir, es claro. Sin Vadillo las opciones de caer de pie de nuevo en el mercado están abiertas. El club sabe que necesita un valor de efecto en la zona de gestación y ataque, y seguramente el análisis ha cumplido su efecto. Han decidido apostar por Daniel Sturridge, un delantero con pasado en el Chelsea y Liverpool, equipo donde consiguió enormes logros deportivos.
El delantero de perfil izquierdo es la medida justa a las necesidades cantadas. Tiene experiencia, ha jugado mundiales y se sabe ajustar a los diferentes esquemas tácticos que Óscar García implementa. Puede jugar al lado de Iago Aspas, activo que conoce de su paso en Inglaterra, y lo mejor de todo es que no les cuesta un solo euro. Pendientes de cualquier avance, la propuesta está en el ambiente.