Las estrategias empleadas hasta el momento siguen sin surtir efecto
FC Barcelona viene experimentando un estado frenético en medio del cual se ha quedado sin argumentos sólidos para enfrentar el mercado de pases de verano. La obsesión por Lautaro Martínez los ha llevado a tomar decisiones en caliente que de momento se han quedado no más que en eso, temas inconclusos. Lo último, una oferta de 80 kilos más los nombres de Nélson Semedo, Júnior Firpo y Jean-Clair Todibo.
Hacerse del punta argentino de 22 años es para ellos la pieza clave en todo este tema, y para ello harán lo indecible, siempre y cuando esté dentro de sus posibilidades. Lo malo es que desde Italia no han tomado bien este hecho, y se han supeditado a lo que todos ya conocen, el pago completo de su cláusula que durante el verano tendrá dos semanas en donde el valor se reduce hasta los 111 millones ya famosos.
Sin la pasta y sin la capacidad para asumir algo de este tamaño, a la directiva no le ha quedado de otra que empezar a manejar las cargas con lo que tiene a sus manos. Por eso ha tratado al máximo de extender sus ofertas, basando todo en un manto cordial y de mucha cercanía en relación a las exigencias. Esta es la segunda oferta lanzada, la primera incluía 60 millones y el pase de dos activos.
Para Conte, Lautaro es clave y no permitirá su salida tan fácilmente
Si de algo están convencidos en el Inter de Milán es que deberán permear la situación de manera que prevalezca su bienestar propio. Por eso, le han delegado la tarea al entrenador, Antonio Conte de sacar el mayor provecho posible del que consideran se convertirá en el mejor delantero del mundo en los próximos años.
Esto arranca con la premisa de sostenerlo un año en un comienzo, antes de que explote realmente sus valores y le pueda dejar muchos más beneficios a la institución como ellos se lo han planeado. Por ahora no corresponde a una necesidad de venta, y por lo tanto se han frenado en sus peticiones; si no pagan lo que exigen se queda, es una decisión tomada.
Por lo tanto, al FC Barcelona no le queda más que mirar hacía dos lados distintos. Uno que induce al pago integral, cómo, ni ellos lo saben, el hecho es que lo deben hacer. Y por último, y lo menos indicado, desviar su atención a otros recursos de manera que prevalezca el hecho financiero y no se derrumbe la idea de refuerzo a futuro.