Durante un tiempo la oscuridad acecho a Messi. Lesionado. Sin títulos colectivos ni individuales. Tachado de poco profesional por entender que se reservaba para el Mundial de Brasil. Se fue Messi de Barcelona para recuperar su forma en Argentina, alejado de las malas lenguas y de los problemas que se empezaban a generar alrededor del ‘Tata Martino’ por perder la posesión en Vallecas. Volvió Messi, cuándo el conflicto entre periodistas y el entrenador argentino ya era una constante en las ruedas de prensa, marcó como siempre hizo y entre desborde y algunas cinturas de sus rivales rotos Messi dejaba sus vómitos por el terreno de juego.
Lo que empezó como una simple arcada en un encuentro se transformó en un suceso que no se repetía en cada encuentro pero que no extrañaba a nadie. No hizo falta acudir a druidas, ni brujos ni médicos privados, la solución estaba en imitar a Jordan. Como informa hoy Mundo Deportivo, Leo Messi disputó el encuentro frente al Eibar mientras masticaba un chicle como hace unos años el mejor deportista del S.XX y quizás de la historia, Michael Jordan, lo hacía mientras volaba por las diferentes canchas de baloncesto de los equipos de la NBA. Messi no toma medicamentos ni visita médicos para evitar las arcadas, utiliza chicles. El motivo se encuentra en que al masticar chicle, se genera mayor cantidad de saliva lo que disminuye las posibilidades de que Messi tenga arcadas.
