Deberán buscar un digno sucesor para evitar el golpe seco cuando decida irse
Inevitablemente algunos de los jugadores más consagrados del FC Barcelona se están volviendo mayores, y las respuestas apuntan a un solo sitio. Es el caso concreto de Gerard Piqué, líder por años de la zaga central del cuadro catalán que en este instante no cuenta con sucesor en el equipo que orienta Quique Setién. Esto para los dirigentes es una voz de alerta y como tal han empezado a maniobrar con ella.
La dependencia de un jugador puede ser un arma letal para un club, pero es que visto desde el punto certero de las posibilidades, a Piqué le toca luchar solo. Bartomeu quiere evitar un caso Casillas, y le quiere blindar para que su partida sea lo más alejada posible. Eso sí, sin dejar de lado las obligaciones que de momento se centrar en peinar el mercado para identificar a alguien de su nivel y perfil.
Casos como el suyo es muy complejo de prever en el club, pues con tanto nivel y tan influencia hallar piezas que encajen se hace cada vez más difícil. Es lo mismo que en los temas de Leo Messi y Marc-André ter Stegen, sin ellos el presente y quizás el pasado hubiesen sido diferentes, quien lo diría. Pero ya en marcha, es la vía y los tropiezos son los retos para este grupo en concreto.
Setién busca pero hasta ahora, no encuentra
Inevitable pero real, si bien es cierto que el club cuenta con 3 jugadores para la zona, hay que decir que 2 de ellos son de perfil zurdo. No son competencia para Piqué y por si fuera poco sus niveles distan mucho de la filosofía del club. En el caso de Samuel Umtiti no volvió a ser el mismo tras la lesión, y en el de Lenglet, le ha costado ser marginado por el cuerpo técnico.
Lo que viene de atrás con el uruguayo de la Masía, Ronald Araujo es muy prematuro, y en tanto se han quedado sin variantes efectivas. Innegablemente a Piqué se le ha querido perpetuar, pero las dudas recaen sobre el tiempo estimado de respuesta a los impulsos, pues ya tiene 33 y cada vez más se le empieza a notar la falta de distancia.
Son muchos los miramientos que tiene el gabinete, y con esta ola de crísis nada más en contra que tener que maniobrar en un nuevo horizonte al que no le tenían fuerzas desplegadas. Otro reto más, y todo en manada, a Bartomeu se le ha venido el mundo encima, y tras del hecho se suma la finalización de su gestión.
