Que si el Real Madrid es el mejor equipo del mundo, que si la hegemonía del FC Barcelona dura ya cinco años, que si los burros vuelan… Sin señas de humildad, más bien de todo lo contrario, a Florentino Pérez y Sandro Rosell se les ha llenado la boca en las últimas horas de tanto pregonar a los cuatro vientos que sus entidades viven, como poco, los días más felices de su historia.
Cierto es que la entidad que habita en el Santiago Bernabéu será para siempre el mejor club del siglo XX y que es el conjunto que más ligas (32) y Copas de Europa (que no Champions League) (9) ha levantado. Que lleva, asimismo, tres años metiéndose de manera consecutiva en las semifinales de la máxima competición europea y que gracias a ello ya es cabeza de serie en el bombo. Incluso, que en los últimos años ha conquistado un título, la Copa del Rey, que hacía décadas que se le resistía.
No obstante, ya nos encontramos en el XXI, por lo que lo primero de poco sirve ya, salvo que se quiera vivir del pasado. Hecho que también podría servir para echar abajo las dos siguientes teorías, la de las 32 Ligas y las 9 Copas de Europa. Pues en este siglo sólo lleva cinco y dos respectivamente de catorce posibles por barba. Mientras que de los éxitos de llegar a tres semifinales de Champions seguidas y dos finales de Copa del Rey en tres años, un club de la dimensión del Real Madrid no debería ni intentar presumir de ello. Por no hablar de una estrella (Cristiano Ronaldo) que da la sensación de no querer renovar o una imagen institucional dañada tras el huracán Mourinho.
En el caso del Camp Nou bien es verdad que el club ha ganado tres de sus cuatro Copas de Europa en los últimos ochos años, que es el equipo que más Ligas ganó en este siglo (6) y que goza de una extraordinaria cantera que probablemente sea la envidia de todo el universo futbolístico. Incluso, que no hay entidad en el mundo que plante cara a su riqueza y variedad en cuanto a secciones se refiere (balonmano, baloncesto, hockey patines…) .
Sin embargo, Sandro Rosell debería aplicar el mismo ‘seny’ a la hora de explicar la no renovación de Valdés, la marcha de Guardiola, la más que posible huida de Valdés o la posibilidad (todo el mundo es inocente hasta que no se demuestre lo contrario) de que Messi haya defraudado a Hacienda. Por no olvidarnos de que hace años que su dirección deportiva no acierta con los fichajes, de que en la grada del Camp Nou se empieza a mezclar públicamente política y deporte sin distinción alguna, o que el propio presidente nunca reconoció que llegó a pactar con los violentos a su llegada al trono.
Florentino y Sandro. Pérez y Rosell. Tal para cual vamos. El problema es que mientras ambos tengan quien les compre el cuento y les bailen las aguas, como lo hacen habitualmente la prensa madrileña y catalana (unos medios más que otros), seguirán vendiendo la moto allá por donde vayan. Entretanto, los grandes clubes europeos le seguirán ganando la partida en el terreno de juego.