Cuando todo estaba hecho se ha retractado, poniendo en orden la ira del capitán y líder del club
Todavía se recuerda con cierto recelo el capítulo famoso del FC Barcelona y Griezmann con el documental ‘La decisión’. El potente delantero galo rechazó en su momento la oferta culé y terminó por alargar su estadía en el Wanda Metropolitano cuando todo estaba prácticamente hecho. Aún así han terminado abonando el trato, cuando Bartomeu pagó 120 kilos de los que hoy hacen alarde para meter en la pelea de sus nuevos objetivos.
No fue algo que llamara la atención de Messi, el principal detractor del acuerdo llevado a cabo en el verano del 2019. De ahí en más le ha tirado toda el agua sucia, y por más que Grizzy ha logrado superar algunos obstáculos, sigue sin llenar la retina del capitán e insignia del club en el total de su historia.
Las preferencias son claras, y las soluciones son súmamente drásticas
Está muy claro que no le va a perdonar media, y bajo esa premisa Messi atacará desde todos los ángulos. Lo primero que ha hecho es manifestarle a Bartomeu que le incluya en la lista de transferibles, por comodidad financiera (antes que se desvalorice), y por conceptos técnico-tácticos.
No se la llevan bien ni dentro ni mucho menos fuera del terreno de juego, el patriarcado está muy marcado y el francés no ha encajado en el. Prefiere sin dudarlo a Neymar, aunque entiende que a duras penas hay solvencia para abonar su llegada. Además, está encima el fichaje de Lautaro Martínez y por eso busca que se le incluya en la operación con el brasileño.
El PSG lo aprueba, pero las negativas en el caso Neymar llegan a rozar la paciencia de todos en Catalunya
Una vez ha llegado a oídos de Nasser Al-Khelaifi la noticia emitida desde la ciudad Condal se ha empezado a trabajar en el acuerdo. Ellos le ven con buenos ojos, pero no van a insistir en algo que no tiene asidero. Griezmann se ha negado, quiere jugar en Barcelona y triunfar en el club. Tema que de inmediato ha sacado de quicio a Messi, que sin dudarlo ha tensado más la relación.
Neymar es el ancla del nuevo proyecto, y si no se llega a concretar por la falta de cooperación estarán muy complicadas las relaciones internas. Con la recuperación de Ansu Fati, de Dembélé, de Luis Suárez y la llegada de Lautaro no se ve por dónde pueda entrar, así que ante eso deberán ser los jefes quiénes accedan, eso está cantado. Complejo panorama.
