La tensión crece a grandes escalas en los vestuarios del Gigante de Baviera, y el conjunto blaugrana podría pescar en río revuelto, esperando encontrar el ansiado fichaje que de como resultado el relevo definitivo para Busquets.
Aunque el FC Barcelona ya fichó a Oriol Romeu para reemplazar a Sergio Busquets, a Xavi no le molesta que Joshua Kimmich también cumpla con ese rol. De lejos el alemán es uno de los mejores pivotes de todo el mundo, y recalar en el cuadro azulgrana supone un aumento de caché para la plantilla del míster egarense.
Hace unas semanas la operación fue totalmente descartada por Mateu Alemany, ya que a Kimmich le restan dos años de contrato en el Bayern Múnich. A parte, es uno de los mejores en la plantilla bávara, aunque Thomas Tuchel no lo vea así. Pues precisamente el motivo de la salida del volante teutón en el Allianz Arena, se podría dar por la relación de estos dos.
Joshua Kimmich ya no tolera el planteamiento táctico de Tuchel y mira de reojo al Barcelona
Desde que el equipo alemán perdió la Supercopa de Alemania ante el RB Leipzig, se activó la bomba de tiempo en el interior de la plantilla. Y es que el técnico ex Chelsea insiste en que el pivote debe jugar más como un mediocampista ofensivo, al estilo Musiala. Pero el jugador ya le ha dicho en varias ocasiones que se siente cómodo en su demarcación original, volante 5 o de marca.
Al parecer, entrenador y jugador no van a llegar a un acuerdo, y esta sería la coartada más clara para que el mediocampista se vaya de Múnich. Por otro lado, el Barcelona tiene una oportunidad de oro si logra convencer a Kimmich. Lo primero que le ofrecerían es libertad de jugar donde quiera. Lo normal es que escoja la posición en la que jugaba Sergio Busquets.
El Bayern Múnich no está en la labor de reforzar un rival directo de Champions (Barcelona) y menos con Kimmich
Existe un gran vacío en el contrato del talentoso futbolista, y es que su precio base es más elevado que la cláusula liberatoria. En números, el pivote teutón está tasado en 75 millones de euros, pero la cuota de rescisión está fijada en 60 kilos. Aún así, sigue siendo una cifra muy alta para el conjunto azulgrana, que estaría buscando otros caminos para llegar hasta su fichaje.
La estrategia más probable de Deco, es que el portugués convenza al mismo Kimmich para forzar su salida del Allianz Arena. La excusa es precisamente la falta de sintonía que hay entre el mediocampista y el cuerpo técnico liderado por Thomas Tuchel. Mientras los días avanzan, la situación en el Bayern Múnich se vuelve insostenible.