El holandés está a un paso de concretar su llegada a la ciudad Condal por petición de la afición
Más que un acto de simpatía, que la hay, está el fervor unido de la gente aficionada del FC Barcelona por desprenderse de Ernesto Valverde. El entrenador extremeño dio una nueva lección de cómo no se debe dirigir al líder, siendo superados en todo aspecto, menos en el marcador por el colore, el Espanyol.
La gente empieza a tomarse la cabeza, y las opiniones a través de las redes sociales se han convertido en un común denominador. Incluso algunas leyendas y asociados del club lo han hecho, verle jugar así al Barça es algo que no le perdonan. Y en esa línea si que tienen a un remplazante de quilates, ese es Koeman que de momento entrena a la selección nacional de su país, Holanda.
Desde luego las opiniones de los protagonistas no se han hecho esperar, y Messi ha sido uno de ellos. Ve convencidamente a Koeman como la persona más indicada, aunque no haya descartado otras alternativas como Gallardo y al mismo Guardiola. Pero Koeman tiene algo especial, y es ese vínculo con la filosofía culé, una filosofía patentada por Johan Cruyff, el ídolo de Ronald.
Valverde el descabezado tras el empate del sábado
Hoy en día al Txingurri nadie le discute que es un gran tipo, su personalidad apacible es una prenda de garantía para el equipo de trabajo y sus allegados. Pero de ahí a tener la espalda para entrenar a un club de esta magnitud es lo que le critican a diario. No puede ser que el Espanyol juegue mejor, al menos así ha explotado Twitter tras el espantoso partido de ayer.
XBuyer lo ha manifestado afirmando que el Real Madrid ha jugado mejor que ellos y eso duele, pero de ahí a que el colero los borre, ya es muy preocupante. Se mire por donde se mire, las medidas drásticas se ven muy cerca, y la directiva es quien debe afrontar la responsabilidad gestionando sus movimientos en base a unos criterios ya muy estructurados.
Todos se han unido, piden la cabeza de Valverde, a este entrenador no le han alcanzado tres temporadas para callar la opinión pública, y el último sondeo de aceptación tiene un porcentaje desfavorable del 80%, demasiado alto. No le favorecen para nada sus actuaciones, y menos sus declaraciones al parecer conformistas. Se viene la hecatombe.