El club deberá verse envuelto en una negociación muy compleja si lo quieren retener
Marc-André ter Stegen es a día de hoy el portero con mayor prestigio de todo el mundo. Su evolución desde su llegada de la Bundesliga ha sido notoria, y en el FC Barcelona ha encontrado un lugar donde brillar al más alto nivel de exigencia. Pero todo eso no ha sido suficiente para poder finiquitar una continuidad a placer, el tema se ha extendido y hoy mismo es incierto el futuro.
Con 28 años y todas las condiciones para seguir brillando al menos 5 temporadas más, el también portero de la selección alemana ha dejado en claro cuáles serán sus condiciones de renovación. Ni el dilatado regreso a la actividad, ni la recesión económica, ni mucho menos las condiciones en su compleja relación con Messi le han hecho cambiar de opinión.
Las cifras son demasiado altas
El meta reclama ser el mejor pago del mundo en su posición. Un hecho sin precedentes en el club, más allá que los méritos desde lo deportivo los haya hecho todos. Ahora mismo es una puñalada en el corazón para sus dirigentes, que están teniendo que hacer lo indecible tan solo para mantener los recursos mínimos de acá a que ruede la pelota de nuevo.
No obstante, convencido de su nivel y de lo que puede seguir dando, el alemán se centra en dicha decisión. Sabe que cualquier equipo grande y de chequera extensa estaría feliz de tenerle en sus filas y por ello trabaja. Así que las cosas hasta el momento están definidas, si el cuadro culé le quiere, deberá pagarlo, de lo contrario tendrá que someterse a los ataques que de por sí ya se han dejado caer al menos en intensiones.
Bartomeu contra las cuerdas
Para la afición sería un golpe contundente sin lugar a dudas, perder a una de las piezas fundamentales en las reacciones de los rivales sería ceder mucho terreno. Por eso Bartomeu está trabajando, tratando de encontrar la fórmula correcta, aunque eso le lleve a tener que salir de alguno que otro jugador, y así liberar masa salarial para sostenerle.
No es una decisión simple, y tampoco es una decisión coherente. Pero dadas las circunstancias es lo que hay, y el club deberá ponerse al orden con cada tema adjunto para tratar de clarificar el futuro. Las condiciones generales de la economía suponen un duro obstáculo y será el jerarca de la institución el que mueva sus fichas para tratar de conservar la columna vertebral del equipo de acá a que entregue el cargo.