Impresionado por la falsa expectativa lanzada con las cartas personales ha encendido una polémica
Tras la última carga de valoraciones que suele emitir EA Sports en el popular juego FIFA21 se ha destapado una singular carga de emociones reflejadas en la respuesta en un jugador de LaLiga. El último en quejarse de ese tipo de temas ha sido el portero titular del Real Madrid, el belga Thibaut Courtois, que con su valoración 99 ha dejado tiempo para criticar arduamente este item.
En su propia voz ha dejado caer que la valoración recibida de las cartas que suelta el juego, el número 99 es una farsa. En vez de hacerlo mejor solo maquillan la información, afirmando que ese número el 99 no era más que anecdótico. Al final el jugador virtual se comporta como si tuviera una valoración de 59 que es a la postre su real queja.
La crítica del jugador para con FIFA21 ha ido de largo, incluyendo a varios colegas en el medio
Ahora bien, hay que ver la forma en que el gran creador de contenido se centra en ciertos aspectos. Y es que más allá de entregar una carta simbólica parece no ser consecuente con el relleno de los aspectos. A unos les sacrifica el estado físico y a otros el ritmo. Al final es un tema perceptible que ellos manejan a su antojo que parece no despierta muchos adeptos.
Courtois ha dicho que de nada sirve eso si al final manejan estos temas a su antojo. La valoración debería ser recíproca y manejar algunas incidencias naturales en ese sentido. Los futbolistas son conscientes de los parámetros, pero aún así creen que el juego debería ir más al corte con lo que sucede en la realidad si pretende ser un simulador muy ajustado.
El enojo de Lukaku tiene algo de coherencia
Pasando a otros ejemplos está lo de Romelu Lukaku, quien ha dicho a través de sus cunetas en las distintas redes sociales que esto parece ser una estrategia de EA Sports para vender marketing digital. Al hacer eso obliga a los protagonistas a hablar de ello y con eso generan recorrido y movimiento de mercado que sobra decir que es a ellos a quiénes favorece.
No les representa a los futbolistas ninguna retribución financiera y por tal motivo su enojo. Incluso las acusaciones son bien llamativas, pues lleva algunos goles al contexto normal para darles a entender que tienen la mirada puesta en otros aspectos. Vaya dilema y mientras tanto sigue estando en el top 3 de los juegos más consumidos del planeta.