La modificación en el Código Disciplinario presentada por la Federación de Fútbol ha sentado como un jarro de agua fría a los jugadores ya que una de esas nuevas normas aumenta considerablemente el coste de las tarjetas amarillas y rojas tanto en Primera como en Segunda pasando a ser de casi el triple en las dos divisiones. Se entiende que esa medida intenta disminuir el número de tarjetas por encuentro aunque también se ha visto como una forma más de sacar dinero igual que lo de las multas por no cumplir con el aforo determinado.
Las tarjetas amarillas de Primera División sube de los 180 euros a los 400 euros mientras que la de Segunda pasa de 90 a 200. En el caso de las tarjetas rojas se pasa de los 350 euros a los 800 en Primera y de 200 a 500 en Segunda. Esas cantidades se irán sumando a lo largo de la temporada y se pagarán cuando finalice la misma. Los jugadores más duros tendrán que pensarse dos veces si merece la pena la tarjeta o no.