Pasó el Real Madrid pero aún sigo teniendo dudas sobre qué equipo fue mejor o lo mereció. El Madrid fue a por la eliminatoria en los dos partidos pero en ninguno dejó su sello de calidad. La coartada de la expulsión es un recurso demasiado manido como para soportar un análisis futbolístico. Los árbitros una veces te dan y otras te quitan y quiero pensar que no miran los colores. Ayer, en Old Trafford el Real Madrid se benefició de la expulsión de Nani. Injusta, pero el fútbol es así. Once contra once el Madrid lo tenía en chino y con superioridad numérica sacó petróleo.
Sin embargo, a colación de esto me viene a la mente el discurso de Mourinho poniendo en jaque a toda la estructura del fútbol, nombrando a un grupo de colegiados como si fuesen pastores dirigidos de la UEFA para perjudicar al Real Madrid. El entrenador escupió mucho, en reiteradas ocasiones y muy alto. Puso en la picota a Stark, Busacca, Ovrebo, De Bleeckere… Todos dirigidos. Todos compinchados contra él y su Real Madrid. Pero el fútbol es más sabio que Mou y le dejó retratado en Old Trafford. Çakir se equivocó en la expulsión y abrió la puerta a los blancos para cuartos. Luego, Mou hizo lo fácil. Decir que su equipo no había estado bien, que el árbitro se equivocó… pero estaba clasificado. No habló de una confabulación ni nada por el estilo. No fue fiel a su teoría de la conspiración. Se escondió bajo el paraguas más fino de la ambigüedad y no se dedicó para sí las palabras que le envió en su día a Guardiola.
¿A Mourinho le dará vergüenza ganar esta Liga de Campeones, después de lo visto anoche, si Casillas levante en Wembley la orejona?