Se le ha ido cayendo la estantería al cuadro boquerón con el escándalo de los jugadores entrados en rebelión
La actualidad del Málaga CF demanda que ante los desagravios propagados por parte de Javi Ontiveros, el caso se ha propagado hasta llegar a instancias mucho más determinantes. En esta ocasión el que ha seguido el ejemplo ha sido Antoñín, que argumentando falta de minutos presiona para salir de forma gratuita.
Nada más alejado de la realidad, ya que el club se ha enfocado en darles rodaje a este tipo de jugadores, teniendo en cuenta lo que representan, y del cómo están enfocando su estructura. No quieren permitir sus salidas sin retribuciones porque según su junta directiva están marcados para dejar bonanza económica de cara al futuro.
El efecto negativo que ha impuesto Ontiveros sigue siendo fatal, a un Málaga que se debate entre este tipo de operaciones para poder subsistir
Cuando todo parecía hecho, el caso es que Ontiveros ha faltado a su palabra y ha dejado sin un fichaje importante a la junta directiva y cuerpo técnico. Ese escenario trae muchos problemas al momento, y dedica parte de la preocupación actual que se traslada a lo que resta de temporada de fichajes.
El caso es que Antoñín ahora ha salido con que quiere más minutos, y ha puesto eso en la barrera para determinar su extensión de contrato o renovación. Lo que causa un poco de indignación es ver el margen de minutos y partidos ofrecidos esta temporada, ya que ha jugado 18 de 23 partidos este curso.
El señalamiento de la afición sigue estando en contra de algunos profesionales
Para la gran mayoría este no es un caso ejemplarizante. No siempre se puede tener la idea que el jugador va a responder a los incentivos, y menos cuando hay opciones para jugar fuera. El tema es que Antoñín se ha formado allí, se ha alimentado de la confianza y cuando debe responder simplemente saca el as bajo la manga.
El pago a la confianza es sumamente indignante y ahora se corre el riesgo de perderlo. Todo esto queda sujeto a las decisiones deportivas, que están a cargo de José Alberto. Todavía no llegan señales de afuera, pero lo cierto es que al menos ya se sembró la incertidumbre.