Luis Enrique no da con la tecla para desactivar la defensa numantina del vecino africano y se perdió en los penaltis
Marruecos la envolvió en problemas y España cayó, jugando como visitante. No sólo por el orden del partido -la ‘Roja’ había pasado como segunda del grupo E, que encabezó la ya eliminada Japón-, sino por que los casi 25.000 aficionados que apoyaron al equipo magrebí en el Education City se hicieron notar mucho más que los poco más de tres mil -no necesariamente españoles todos ellos- que apoyaron al equipo hispano. En un estadio con capacidad de 44.667 espectadores, que lo llenaron.
Que había muchísimos más magrebíes quedó constatado de forma sobrada cuando sonó el himno de Marruecos; y cuando puso en juego el balón España. La pitada, sonora, se reprodujo en la mayoría de las posesiones de España. Casi con el mismo ímpetu con el que los marroquíes animaron de forma ininterrumpida a su selección