El futbolista termina contrato a final de la presente temporada y ha desaparecido de las alineaciones de José Alberto
Rubén Alves ha pasado en cuestión de semanas de ser titular indiscutible en el Racing a formar parte de los no habituales que jugaban en Copa del Rey. Este contexto admite dos formas de interpretar lo que sucede. Los más inocentes creen que el buen hacer de Mantilla le ha dejado sin sitio. Pero es mejor pensar mal.
Porque da la casualidad que Rubén Alves finaliza contrato con el Racing de Santander el próximo 30 de junio. Y se da también la circunstancia de que en el Athletic hace falta reforzar el eje de la defensa. Recordemos que Alves, aunque sea de origen brasileño, en realidad se ha criado en Bizkaia y futbolísticamente se ha formado en el fútbol vasco.
El Racing presiona a Rubén Alves
Es muy extraño que de la noche a la mañana, sin errores aparentes, Rubén haya pasado de ser un fijo para su entrenador al banquillo. Es verdad que el momento del Racing, más allá de los últimos tropiezos con el Racing de Ferrol y en la Copa del Rey ante el Zamora, ha ayudado para tapar el tema.
Pero podemos afirmar que existe caso Rubén Alves en Santander. Desde el club, con Martija al frente de las operaciones, se pretende renovar al jugador. Sin embargo, de momento, Rubén se niega a firmar. Quiere ver qué sucede en el próximo mercado invernal y cerciorarse si el hipotético interés del Athletic es real.
Rubén es oficialmente suplente
Es lícito que el jugador no quiera renovar. Por supuesto. Pero a JAL no le va a temblar el pulso. La vuelta de Dani Fernández, que está a buen nivel, acompañado del rendimiento de Mantilla y Germán, hacen que no se eche en falta a un Rubén Alves que comienza a impacientarse.
Ya son 3 partidos consecutivos sin ser de la partida. A lo que podemos sumar la titularidad en Copa del Rey, partido en el que jugaron todos los menos habituales. Oficialmente se puede considerar ya suplente en los planes de José Alberto, aunque el míster asturiano no suele repetir alineaciones y el domingo en Alcorcón puede volver a cambiar todo.