La última derrota en campo por Liga ha hecho que el club gallego se sitúe en una posición incómoda en la tabla de posiciones
Eduardo Coudet ha comparecido en rueda de prensa tras el partido en el que ha salido derrota el Celta de Vigo ante la Real Sociedad en Anoeta. La verdad es que el preparador se ha visto muy opacado, quizás por lo que él considera es una muestra muy limitada de sus dirigidos ante un rival peligroso.
Durante los 90 minutos se mantuvieron a la expectativa. pero siempre con la ilusión de conseguir puntos. Al final todo se ha quedado en nada, y con el frío que da el hecho de conseguir su segunda derrota al hilo, primero en Copa ante el Baleares y ahora contra un rival directo en esa lucha por conseguir clasificación europea.
La sensación de Coudet es que al Celta de Vigo no le sobra nada, y debe trabajar por mejorarlo
El punto es que se juega, se maneja la pelota pero luego en el momento decisivo no pasa nada. Coudet es consciente que necesita insistir en ciertos conceptos para que los más grandes le pongan el pecho a la situación. Sabe que están diseñados para salvarse, pero lo deben conseguir sin sufrir.
Ya en el marco de acción el Celta ha controlado la pelota, pero una vez tuvo que hacer inserciones en el último tercio no ha pasado nada. Técnicamente falta solucionar la toma de decisiones, y rematar para caer en zonas de peligro. Son un equipo corto, pero aparte de todo son un equipo tiene una intensión capada.
El partido era complejo y ya piensan en superar el bache
La Real venía de muchos partidos sin poder ganar, lo que hacía que tuvieran que estar atentos a todas las novedades. Además, por talento y capacidad colectiva están un paso adelante, lo que debía equipararse en la intensión. No ha podido ser, y por fortuna tienen 10 días para preparar la siguiente jornada.
Los grandes deben salir, poner el pecho y asumir sus roles. Si bien es cierto que todos tienen limitaciones de algún tipo, son ellos los que tienen más condiciones para superarse a ese concepto y de paso ambientar la idea para ir de lleno en busca de sus objetivos. Una derrota más que sigue cayendo al proyecto que viene de por sí lastimado.